HACER UNA MALETA

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Llegamos a vivir entre la espada y la pared, nos tocó vivir los primeros duelos y la invasión en el mundo de un Venezolano. Tu cédula o el pasaporte si lo lograste sacar después de pagar el triple por adquirirlo donde muchas noches te acostaste llorando y con la incertidumbre de que ibas hacer después de que la maleta estuviera lista, pasar horas y horas viajando en autobus buscando una mejor vida para ti y poder ayudar a tu familia porque la plata no alcanzaba para la comida, un tratamiento médico y mantener un niño en un casa venezolana.

Llorar por salía un cuerpo en automático y dejando el corazón con mamá, papá y hermanos. Huir porque algunos eran buscando como malandros por salir a protestar por desear un futuro mejor para los tuyos, tus hijos, lograr tener una estabilidad económica afuera para así mejorar a los que se quedaron en una Venezuela con los cimientos rotos y una inflación que se salió de las manos, la gente del gobierno llenando sus bolsillos y gastando el dinero de un pueblo, creando individuos parásitos esperando un bono, una natalidad sin control por recibir un bono y no hacer nada, comenzó el venezolano a joderse unos con otros, seguimos sin gasolina porque hay bloqueos internacionales y las largas noches durmiendo en las bombas esperando llegara el camión de pdvsa para abastecer una estación de servicio para poder trabajar, los aumentos de pasajes cada vez que subía el Dólar.

Muchos llegaron a vender sus pertenencias, su hogar que con tanto sacrificio lograron construir y luego deshacerte de ellos para poder irte a otro pais de latinoamerica o Europa, muchos buscaron ayuda para ser recibidos por familiares o amigos, otros fueron más valientes para empezar de cero en una nueva cultura. Adaptarse a todo, comenzaron las llamadas a distancias y no derrumbarte a través de la línea mientras mama te preguntaba cómo va todo o los días que no podías hablar con ellos porque no había luz y tu corazón se rompía un poquito más, extrañar se volvió más intenso y los recuerdos te hacía querer agarrar la maleta de nuevo para regresar.

Como venezolanos nos quitaron tantos momentos en familia, otros no aguantaron y se fueron a reunir con sus familiares, y así poco a poco se fueron fracturando las familias, cumpleaños por teléfono, navidades llenas de lágrimas cuando comenzaron a tocar las 12 campanadas y nos volví a adaptar en los cambios que el gobierno chavista nos orillo. Madres con el corazón roto recordando a sus héroes y pidiendo justicia por la muerte injusta que recibieron, violaron sus derechos humanos, se fueron antes de tiempo buscando un sueño de Libertad.

Decepcionados de la política y de los líderes de la oposición que al verse acorralados dejaron el país para refugiarse en otro para vivir porque aquí solo les esperaba la muerte, y aquí quedaron madres destruidas por hijos que no volverán a ver.

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