Capitulo 2

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― Mamá... por favor ¿dime que paso?... ―digo llorando mientras estoy arrodillada en el suelo del hospital―

― Bueno... ―mi madre toma aire y trata de hablar más calmada. Cuando llegamos apenas si pudo balbucear algo que no entendí a través de sus lágrimas.

― Cuando entraste en el cuarto de Nathan... yo bajé y me quedé hablando un rato con Daniel. Él estaba muy dolido y yo intentaba explicarle que a veces eras muy temperamental ― mientras mi madre sigue hablando la culpa se instala en mi pecho― cosa que él ya sabía, pero la preocupación no lo deja recordar. En algún momento él se levantó y decidió ir a hablar contigo de todas maneras, así que subió, pero... ― mi madre se calla y a mí me entra la desesperación―

― ¿Pero, que madre? ―digo aguantando las lágrimas que amenazan con salir como cascada―

― Cuando iba llegando a el cuarto de Nathan, tú gritaste que no lo querías volver a ver nunca más en tu vida y sabes cómo es el... algo sensible. ―mi madre saca un pañuelo de su bolso y seca sus lágrimas a la par que me mira algo molesta pero después cambia la cara― Lo gritaste tan fuerte, que, hasta yo lo escuché. Supe que él no iba a soportar eso, y no me equivoque. Bajo tan rápido como pudo y me dijo que ya se tenía que ir... ―ella comienza a llorar de nuevo y el frio ataca mi cuerpo.
― Yo lo veía tan mal e incluso le dije que esperara un poco. Logre que se sentara un momento y le prepare un té. Intente apaciguar su dolor con mis palabras de adulta, pero un corazón roto no se cura con palabras. Bebió el té, y luego su mirada se perdió por un segundo. Fui a dejar las tazas a la cocina y cuando llegué él estaba llorando. Corrí a él y lo abracé y el me correspondió. Se disculpaba cada segundo y yo no entendía el porqué, yo no sabía que había sucedido entre ustedes, solo sabía que estabas molesta. ―mamá deja de hablar, se suena la nariz y se levanta de la silla con las manos temblorosas― Intente... yo... ―mi madre comienza a balbucear de nuevo y luego a llorar. Yo ya estoy hecha un mar de lágrimas al igual que ella.

―Intentaste... ¿Qué mamá? ¿Qué paso luego? ―la ínsito a continuar.

― Intente detenerlo ―dice al fin luego de un gran hipo ― pero no lo logre Eli... ―mi madre se acerca a mí y me abraza―, en algún momento se soltó de mi abrazo y salió corriendo. Salí corriendo detrás de él, pero cuando llegó a la calle principal, intento cruzar sin mirar a los lados y...―mi mama se rompe totalmente y yo que estaba proyectando todas las imágenes de los sucesos en mi cabeza, caigo al suelo con el dolor más grande que nunca había sentido― Un carro venía a toda velocidad y ocurrió el accidente ―mi madre intenta levantarme, pero no puede. El dolor me tiene pegada al suelo―

―Esto... ¡esto es mi culpa! ―grito, retorciéndome en el piso―

-―No lo es Eli... ―me abrazan por la espalda y veo que es Mark. Me suelto de su abrazo y me levanto de golpe ante las miradas de las personas en la sala de espera

― ¡Si lo es, Mark!, ¡Si yo lo hubiera perdonado, él no estaría en esta situación!

Mark se acerca y me abraza. Yo recuesto mi cabeza en su pecho y lloro con fuerza. Este dolor me está sobrepasando.

―Nadie sabía que iba a ocurrir un accidente, Eli. No es tu culpa ― se le rompe la voz y comienza a llorar en silencio―

―No, nadie lo sabía. Pero yo pude haberlo evitado. ― y ese sentimiento de lo que pude haber hecho, pero no hice y de lo que hice y las consecuencias que trajo, hace que mi corazón lata a una velocidad peligrosa y mi pecho se contraiga―

― Eli, no... ―Mark intenta hablar, pero lo interrumpo.

―Solo... no... no quiero que él... ― no puedo terminar la frase. Siento que esas palabras me quemarían la garganta. Abrazo a Mark con mayor fuerza―

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