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EL NUEVO TRABAJO DE MI MADRE

Laura, determinada a ofrecer un futuro mejor para sus hijas, encontró trabajo en una universidad cercana. Aunque inicialmente le ofrecieron un puesto de limpieza, aprovechó la oportunidad para estudiar una carrera en derecho, llevando a sus hijas con ella a las clases cuando era posible. La abuela, con una paciencia infinita, se encargaba del cuidado de las niñas mientras Laura estudiaba y trabajaba.

Clara, que había pasado por mucho dolor y cambio, enfrentó sus propios desafíos. En la escuela, le resultaba difícil hacer amigos y se sentía aislada. Sin embargo, Sofía, a pesar de ser más joven, hizo amistades con facilidad y se adaptó bien a su entorno escolar. La diferencia en sus experiencias sociales afectaba a Clara, que sentía la presión de ser la "hermana mayor" y de lidiar con su propio sentimiento de soledad.

Laura, a pesar de las dificultades, se esforzó por mantener un equilibrio entre su vida académica, su trabajo y la crianza de sus hijas. Luchó con valentía para asegurarse de que Clara y Sofía tuvieran una vida lo más normal posible. A menudo llevaban a Clara y Sofía a la biblioteca de la universidad, donde las niñas encontraban consuelo en los libros y en el espacio acogedor.

El trabajo de Laura como limpiadora no era suficiente para cubrir todas las necesidades de sus hijas, especialmente dado que Frank se había desentendido completamente de su responsabilidad financiera. Laura, enfrentando dificultades económicas crecientes y con la presión de proporcionar lo mejor para sus hijas, decidió presentar una denuncia ante un fiscal para reclamar la manutención que Frank debía pagar. Sin embargo, la situación solo empeoró. El proceso legal fue largo y complicado, y la tensión constante afectó la estabilidad de la familia.

Mientras Laura luchaba en los tribunales y trabajaba para estudiar derecho, Clara comenzó a enfrentar problemas de salud. El estrés y la presión provocaron que Clara desarrollara asma severa. Las visitas al médico se hicieron frecuentes y las noches de insomnio, debido a los ataques de asma, se volvieron una rutina dolorosa. Clara también tuvo dificultades en la escuela, donde la falta de amigos y el aislamiento emocional se sumaban a sus problemas físicos.

Sofía, a pesar de ser más joven, se adaptó bien a la escuela y hacía amigos fácilmente, lo que a veces hacía que Clara se sintiera aún más sola. La diferencia entre sus experiencias sociales y los problemas de salud de Clara incrementaron la carga emocional en la familia.

Laura, exhausta y desesperada, continuó adelante con el proceso legal, mientras intentaba mantener a su familia unida. A pesar de sus esfuerzos, las visitas médicas y los tratamientos para el asma de Clara se volvieron una carga pesada. La abuela seguía siendo una fuente constante de apoyo, cuidando a las niñas cuando Laura no podía. La vida en la universidad, que al principio había sido un refugio, se convirtió en un campo de batalla entre las responsabilidades profesionales y los problemas personales.

Después de meses de tensión y dificultades, el caso de manutención finalmente se resolvió. Frank fue obligado a contribuir económicamente, aunque la suma no era suficiente para cubrir todas las necesidades de la familia. Laura, aún trabajando como bibliotecaria en la universidad, se enfrentó a la dura realidad de equilibrar su vida laboral, sus estudios y la salud de Clara.