XXIX

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Con lentitud y pesadez comenzaba a abrir sus ojos, siendo recibido por ni más ni menos que unos pequeños y oscuros ojos que lo miraban fijamente con un mechón de su cabello en el pico

Estúpido Loro--hablo mirando fijamente al loro, quién en respuesta acerco más su cabeza al rostro del Jiang como si lo retará--bájate--le ordenó, dicho loro que hizo caso omiso acomodándose mejor en la cabellera del Jiang

El Jiang se resignó, sabía que no se podría levantar de la cama en un buen rato, mirando fijamente como es que había terminado acorralado, a su lado izquierdo su gato estaba cómodamente dormido sobre su brazo, en su cabeza su loro flojo, a su lado derecho su Esposo dormido mientras lo abraza, sobre la cabeza de este otro loro que parecía disfrutar de su siesta, en el espacio que quedaba entre sus pies había un gran Samoyedo sobre los pies de ambos

Era domingo por suerte, no necesitaba quitar ni levantar a nadie, era su día de descanso y el del Lan, podía estar acostado todo el día y no pasaría nada

Con una ligera sonrisa volvió a cerrar los ojos, dormiría otro rato


El sonido de varias voces y pasos lo hizo abrir los ojos, se encontraba solo en la cama, el interminable ruido que provenía de la cocina le hizo saber que su esposo y mascotas estaban haya, con algo de flojera se levantó y fue donde ellos

Xichen más!-- habla el loro mientras huida de las manos del Lan

¡Cierra el pico!---gritaba el Lan tratando de atraparlo corriendo detrás del loro que daba vueltas por toda la sala

A-cheeeengggg!!--la voz de otro loro solo hacía que todo fuera más caótico

¡Tú tampoco hables!!--regaño el Lan viendo como este corría de él

Un perro ladraba feliz pensado que su dueño estaba jugando, corriendo detrás del Lan, no muy lejos un gato negro sentado en el reposabrazos del sofá completamente ajeno a la escena sé lamia su pata con tranquilidad

El Jiang los miraba en silencio aun sin bajar las escaleras analizando como calmar a esos dos loros, no era la primera y sabía que no sería la última vez que repetían palabras que ellos decían en el dormitorio

¡Loro!!--grito el Jiang bajando apresuradamente las escaleras cuando esté comenzaba a hablar de más

Mi amor buenos días --saludo con una sonrisa él Lan dirigiéndole una rápida vista para seguir intentando atrapar al loro que volaba

A-cheng tú no eres asisisii--gritaban los loros mientras huían de las manos de sus dueños

Esa es mi frase loro--sentenció el Lan

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Su pecho subía y bajaba, con la respiración entrecortada miraba a los lados, el sonido de sus pies golpeando el suelo era lo único que se podía escuchar en aquella fría y solitaria calle, su mirada era aguda atenta a cualquier ruido o movimiento que se avecinara a por él

Cuando el sonido de otros pasos llegaron a sus oídos retomo su camino, adentrándose en un callejón, cuando su mirada estaba revisando por el camino que antes venía el sonido de un click lo hizo paralizarse

No necesitaba girarse para saber que era y quién era la persona que ahora le apuntaba con un arma

Con lentitud se giró para quedar de frente a la otra persona, sonriendo ladinamente cuando vio su rostro

¿Incluso en esta situación te atreves a sonreír? Eres un engreído arrogante--hablo el otro con una mirada de desdén acercando más la boca del arma al rostro de Wei Wuxian

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