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A MEDIDA QUE AVANZABA EL DÍA, LAS CLASES se hacían cada vez más monótonas, excepto por la anticipación de la clase de gimnasia. El destino había jugado una mala pasada, uniendo tres grupos en la misma sesión: el de Thomas con Kenny, el de Anthony y el de Gwen. La atmósfera ya estaba cargada de tensión, y lo que estaba por suceder solo la aumentaría.
—Es un plan tonto. —Anthony no pudo evitar expresar su desaprobación, su voz baja pero firme.
Gwen le había contado su idea: ganarse la confianza de Thomas y obtener información sobre Cobra Kai, sobre lo que estaba sucediendo dentro del dojo y lo que había ocurrido antes de su llegada.
—Es un plan increíble. —replicó ella, susurrando mientras ambos se ocultaban detrás de las gradas, alejados de las miradas curiosas.— Solo tienes que hablarme y yo te ignoraré. Eso lo convencerá de que puede confiar en mí.
Anthony cruzó los brazos, claramente incómodo con la idea.
—Aún no entiendo por qué tú y yo tenemos que fingir que nos llevamos mal. —Gwen había decidido no mencionar lo que Thomas le había contado, pero Anthony sospechaba que había más detrás de su comportamiento.
—Porque... eres hermano de Sam, y él es hermano de Tory. —improvisó Gwen, evitando su mirada.
Anthony suspiró, reconociendo la verdad en lo que decía, aunque no le gustaba la situación.
—Claro. —murmuró, sin ocultar su descontento.— Solo no le creas todo, recuerda que es de Cobra Kai. Intentará alejarte de mí... de nosotros. —corrigió rápidamente, sintiendo un rubor subir a sus mejillas, algo que intentó ocultar.
