Capítulo 2: Resfriado

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Llegó el día en que saldría con él, estaba nervioso y emocionado, tantas ganas de hablar con Blake y conocerle...

Entré en clase de arte, con esperanza de verle allí, pero... Él no estaba por ninguna parte.

- Profe, ¿no viene Blake hoy? - pregunté.

- Oh... McKnight, ¿te refieres a Paradise? Me llamó alguien de su familia esta mañana, está con fiebre en casa...

Me preocupé tras la respuesta de la profesora, así que me escabullí un momento de clase, para llamarle.

- Responde, por favor...

- ¿H-hola? - escuché su tímida voz, sonaba enfermo, pero adorable.

- Blake, ¿cómo te encuentras?

- Bueno... Estoy algo enfermo, creo que tendremos que cancelar la comida... - se entristeció.

- ¿Puedo ir a verte...? Porfa... - supliqué.

- O-oh... C-claro... Dame un momento, te mando la dirección de mi casa...

- ¡Bien! Oye, paraíso, una pregunta, ¿qué te gusta tomar cuando estás enfermo? - le pregunté, quería llevarle algo.

- Pues... Me gusta el té con leche y los bollos de chocolate...

- Aww, que ternura... Bien, nos veremos pronto.

- S-sí...

Nuestra llamada terminó y decidí avisar a la profesora de que no asistiría a la clase.

Me llegó el mensaje con la ubicación de la casa de Blake y me dirigí hacia allí, no sin antes conseguirle ese té y sus bollos.

- Mmm... Debería ser por aquí... - murmuré, algo perdido.

Peté en una puerta, que creí que era la correcta y... Me abrió una mujer.

Una mujer alta, con el pelo teñido de azul, ojos marrones. Muy esbelta, con ropa reveladora y cara muy seria.

- ¿Quién eres? ¿Qué quieres? - me preguntó, algo agresiva.

- S-soy...

- ¡Helio! - un dulce Blake, en pijama, se acercó tras la chica.

- Blake, ¿le conoces? - ella le miró, confusa.

- S-sí, somos amigos. - sonrió el chico - Ya puedes irte, Eri...

- Mmm... - me analizó de arriba a abajo con la mirada - Está bien, no parece peligroso...

Me agarró del cuello de la camiseta y me dio una pequeña advertencia.

- Como me entere de que le haces algo malo a mi Blake, eres hombre muerto.. 

Acarició la cabeza del chico y nos dejó solos.

- N-no sabía que tenías... Novia... - hablé, algo triste.

- Oh, no, no, no lo malinterpretes, ella era Erika, mi prima, me ha cuidado desde niño, es muy sobreprotectora... - se sonrojó un poco - Ah, ven, vamos a mi cuarto, estoy más cómodo allí...

Me guio por la casa, no era muy grande, pero era acogedora.

- Perdona el desorden... - me sonrió un poco.

- Estás muy adorable con ese pijama. - le mostré mi más sincera sonrisa - Cierto, te traje esto.

Le entregué una bolsita con un par de bollos de chocolate y un vaso cerrado de té con leche.

Su cara tenía un sonrojo constante debido a la fiebre, pero se puso más rojo todavía al recibir mi pequeño obsequio.

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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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