Lo Que Las Noches Cuentan...

Otra Noche Más

No sé cuántas noches han pasado ya... pero lo que sí sé es que esta noche es una más. Una en la que la vena pensativa surge, llevándome a reflexionar y repensar todo.

Esta noche es como las demás: un silencio envolvente en medio de la oscuridad, que adorna mis más profundos pensamientos. Aquí, tumbado en la cama, contemplando el blanco techo bañado en sombras, me dedico a la reflexión. Bienvenidos a mi reino, donde habito junto a mis pensamientos, alejados de cualquier cosa que pueda perturbar nuestra calma.

Siempre vienen las mismas ideas, recurrentes como las olas del mar. Pero el enfoque para afrontarlas no siempre es el mismo. A veces, un deseo ardiente de luchar me impulsa a seguir intentando, aunque sea en vano. Otras veces, un dolor profundo me tumba, haciéndome querer rendirme y dejarlo todo atrás. Hay noches en las que el peso de estos sentimientos es más ligero, y otras en las que me hunden profundamente. Esta noche, me siento especialmente reflexivo, buscando la explicación a lo que me perturba, mientras me invade ese sentimiento que me desmotiva.

La brisa agradable de la noche acaricia mi rostro mientras recuerdo aquellos momentos en los que todo parecía ir bien, lo cual me brinda un poco de paz. Me levanto de mi reposo y me asomo a la ventana, pensativo, observando el entorno y el horizonte, explorando los rincones más lejanos de mi memoria para encontrar aquellos instantes en los que disfruto su compañía.

El sueño me ataca, aunque mi mente se resiste a irse a dormir, mi cuerpo no aguanta más. Sin embargo, busco siempre ser el último en rendirme al sueño, deseando compartir ese último momento del día con quien ocupa mi pensamiento. Si logro mantenerme despierto, tengo la oportunidad de sentirme más conectado, aunque el cansancio finalmente nos venza. Una vez que he compartido ese instante final, puedo finalmente descansar en paz, sabiendo que  hemos compartido ese último momento del día.