love maze ➳ mattparkz

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Gunwook sabe lo difícil que es vivir dentro de la sociedad, especialmente cuando existe una jerarquía que define el papel de cada individuo sin excepción.

Los betas, que eran la mayoría de la población, llevaban una vida común, desempeñando roles esenciales pero no destacados. Los omegas, que eran capaces gestar, a menudo se enfrentaban a una vida difícil debido a las expectativas y restricciones sociales. Los omegas recesivos, aún más raros, eran una versión más atenuada y normalmente criticada por su falta de feromonas y capacidad para procrear. Encabezando la jerarquía estaban los alfas, quienes, por su fuerza y habilidades naturales de liderazgo, ocupaban posiciones de poder e influencia. Su presencia era imponente y sus decisiones, determinantes. Sin embargo, en lo alto de esta jerarquía y destacándose por encima de todos los demás, estaban los individuos con el gen dominante.

Estos individuos, ya fueran alfas u omegas, poseían características únicas que los hacían sobresalir. Eran pocos en número, pero su impacto en la sociedad era profunda. Los omegas dominantes, en particular, tenían una capacidad única y extraordinaria: podían dar a luz a otros individuos con el gen dominante. Esta habilidad los hacía extremadamente valiosos y, a menudo, protegidos o codiciados por las familias de poder.

Gunwook sabe quién es Matthew. Es el alfa que rara vez se ve, es único. Es un alfa dominante. Gunwook no sabe si es porque es la primera vez que ve uno, pero ahora entiende por qué son tan especiales. En cuanto Matthew entró al salón, su presencia fue innegable. Su mera entrada impuso respeto en el salón, pero, al contrario de lo que Gunwook había pensado, Matthew no intimidaba. Era radiante. Tenía la sonrisa más grande del lugar, y su aura irradiaba tranquilidad. Era como si Matthew se convirtiera en el centro del universo de cada uno de los invitados.

Durante la reunión vió a Matthew interactuar con los demás, su risa cálida resonaba, y su actitud abierta y amigable atraía a todos hacia él como si fuera un imán. Incluso aquellos que normalmente se mantenían al margen en estos eventos sociales se encontraban gravitando hacia él, deseando una pizca de su atención.

Nunca había conocido a alguien que pudiera dominar una habitación de esa manera sin necesidad de alzar la voz o imponerse con una actitud agresiva. Era una forma de liderazgo completamente diferente a la que estaba acostumbrado a ver en otros alfas.

Incluso si su gracia y amabilidad eran una mascara, todavía era impresionante la forma en que no dejó de saludar a cada persona que se le acercaba, escuchando atentamente sus palabras y haciendo que cada uno se sintiera importante.

Gunwook támbien era un alfa dominante, más o menos. Sabía que su presencia era intimidante, su altura y su complexión resultaban en una apariencia aterradora para muchos, y su rostro no ayudaba a suavizar esa percepción. Aunque no era grosero y trataba de ser lo suficientemente amable, siempre parecía quedarse corto respecto a las expectativas de los demás. La gente lo evitaba, y él había aprendido a aceptar esa distancia.

Cuando Matthew llegó, Gunwook sintió una mezcla de admiración y envidia. Matthew era todo lo que él no era: accesible, amado y siempre rodeado de personas que buscaban su compañía. Donde Gunwook imponía miedo, Matthew irradiaba seguridad.

Esa noche, Gunwook se mantuvo al margen, evitando pararse junto a Matthew tanto como fuera posible. Terminando conversaciones inmediatamente con el otro alfa porque sabía que las comparaciones serían inevitables. A lado de Matthew, las imperfecciones de Gunwook serían aún más evidentes.

Se empeñó tanto en evitarlo durante la gala que ahora le resultaba graciosa la forma en que terminó caminando con Matthew a lo largo del arroyo de Tancheon.

Matthew se detuvo un momento, observando a un grupo de personas que iban en bicicleta, algunas otras disfrutaban de un paseo tranquilo, mientras que otras cortaban las flores silvestres que crecían a lo largo del camino.