𝐈𝐈

3.5K 306 320
                                    

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

EL DÍA SE ASOMABA EN EL HORIZONTE, TIÑENDO EL CIELO DEL PAÍS DE LAS MARAVILLAS DE UN SUAVE COLOR NARANJA QUE CONTRASTABA CON LA FRÍA BRUMA QUE AÚN SE AFERRABA A LOS RINCONES DEL CASTILLO. Bridget se sentó en la orilla de su cama, con los ojos fijos en el tapiz que adornaba la pared opuesta. No había logrado dormir en toda la noche; su mente era un torbellino de pensamientos y emociones que se negaban a calmarse. La imagen de Garfio, con su sonrisa burlona y esos ojos llenos de desafío, la perseguía como una sombra inquietante.

Recordaba cómo él había jugado con sus sentimientos, cómo había hecho que se sintiera vulnerable y expuesta. Pero ahora, ella no era la misma de antes. En tan poco tiempo había aprendido a construir muros a su alrededor, a ser fría y distante. Era la futura Reina del país de las maravillas, tenía que ser respetada, no burlada. No podía permitirse el lujo de dejarse llevar por la nostalgia o la culpa. Pero, una parte de ella no podía evitar preguntarse por Garfio, seguía provocando la misma curiosidad en ella que cuando lo conoció. Aún así, La idea de que él estuviera invadiendo su territorio le provocaba un escalofrío del que no lograba sacudirse.

Con determinación, se levantó de la cama y se vistió con un vestido de tonos rosados y rojos, uno de los muchos que no usaba hace un tiempo, pero estaba en su hogar, se podía dar la libertad de vestir como quisiera.

Caminó por los pasillos del castillo, cada paso resonando como un eco de sus pensamientos. La servidumbre aún dormía, y su hermana Mirana, no debía enterarse de la presencia de Garfio. La última cosa que necesitaba era que su familia se viera envuelta en un escándalo por culpa de aquel pirata.

Subió las escaleras hacia el ático, donde lo había dejado anoche. Su corazón latía con fuerza mientras imaginaba el encuentro, se reprendió internamente por eso.

¿Qué le diría?, ¿Cómo lo confrontaría?

Al llegar, el ático estaba vacío. La luz del día entraba por una pequeña ventana, iluminando el polvo que danzaba en el aire, pero no había rastro de él.

Esto no le podía estar pasando a ella.

Maldijo internamente por no haberlo encontrado; la incertidumbre le carcomía el estómago.

Sin perder tiempo, decidió buscarlo en otras partes del castillo. El miedo a ser descubierta por su hermana o por los sirvientes la impulsaba a moverse con sigilo, como si cada paso pudiera hacerla caer en una trampa. Recorrió pasillos y habitaciones, pero Garfio parecía haberse desvanecido en el aire.

Finalmente, llegó a la cocina. El aroma del pan recién horneado y el café la envolvieron, era una mala señal. Probablemente los cocineros ya lo habían visto.

Para su sorpresa, ninguno de ellos estaba allí, solo estaba la comida servida en el mesón, como si esperaran la orden para ponerla en el comedor real. Pero otra cosa también la tomó desprevenida, Garfio estaba sentado frente a la chimenea, buscando calor entre las llamas titilantes. Su figura era una sombra contra la luz, y al verlo así, tan vulnerable, un escalofrío recorrió su espalda.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Bridget, intentando mantener su voz firme y distante.

Garfio levantó la vista lentamente. Su rostro estaba pálido, casi espectral, y temblaba visiblemente. Aquel chico que una vez había sido el epítome de la arrogancia ahora parecía débil y desamparado. Bridget sintió una punzada de sorpresa al notar que no solo temblaba por el frío; había algo más en su mirada. Se veía tan indefenso...

𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤 ━━━━━━ James HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora