Marry my husband (JENLISA)

Capítulo 35: Karina no se equivoca

"¡Ah, alergias! ¡Tengo alergias!"

"¿Alergia? ¿Trajiste alguna medicina, cariño?

El marido escuchó a su esposa y se apresuró a registrar sus bolsillos. La caja de medicinas que siempre llevaba consigo no estaba allí hoy.

"¿Dónde le duele, señor?"

Una empleada corrió a comprobar el estado del señor. La urticaria que comenzó en sus manos se extendió rápidamente por todo su cuerpo y se estaba hinchando hasta la lengua.

"¡Soy alérgico a los cacahuetes! ¡Llame a una ambulancia, por favor! "

"Coche, coche, cariño. Eh... ... . Medicina, sí "

Su esposo apenas hablaba mientras luchaba por respirar.

"Señor, lo conseguiré rápidamente. ¿Dónde estacionaste tu auto?"

"¡Está justo enfrente de la entrada del segundo piso! ¡Black Granger! "

Fue instantáneo. Mientras el ingenioso empleado corría con la llave del auto, los otros empleados luchaban por asegurar el aliento de su esposo caído.

"Cariño, abre bien la boca y respira. ¡Debes respirar! "

"¡Ve a buscar una manta! ¡Apúrense!"

[Que desastre]

No fue hasta entonces que Karina cerró el teléfono y miró fijamente la escena.

Ver a alguien derrumbarse parece una situación seria, pero el hecho de que el motín haya tenido lugar frente al quiosco fue molesto.

"¡Señor, le traje un poco de medicina!"

El empleado que había corrido antes le tendió la caja de medicinas que había traído. Las manos de la mujer temblaban tanto que otro empleado tomó el medicamento y se lo puso en la boca a su esposo.

Debieron haber pasado diez minutos desde que su esposo apenas se tragó la medicina con la garganta hinchada. Su respiración se calmó y la sangre volvió a su rostro.

"Cariño, ¿estás bien? ¿Estás respirando?"

"Estoy bien"

El marido, apoyado por el personal, se levantó lentamente y miró a su alrededor. En el suelo, no muy lejos, había una taza de ensalada que habían comido antes.

"Oye, ¿No preguntaste si tenía cacahuetes?"

"Pregunté. ¡A esa chica!"

La punta del dedo de su esposa apuntaba exactamente a Karina. Su marido se levantó con un vaso de papel tirado en el suelo y tropezó con el puesto.

"Por qué... ¿Por qué?"

Karina se asustó y se escondió detrás del puesto.

"¿Cómo vas a hacer esto? ¡Estabas decidida a matar a alguien! "

Su marido se quitó la camiseta y la tiró al suelo. Desde el estómago abultado hasta el pecho, el cuello y la cara, estaba lleno de colmenas grumosas como piel de sapo.

"¿De qué estás hablando?"

"¡Le pregunté si la comida tenía nueces antes, señorita! No lo tenía en ese momento, así que traje a esta persona para comer, pero hubo una conmoción. ¡Sin la medicina, mi esposo habría muerto por no poder respirar! "

[¿Preguntaste?]

Karina estaba molesta.

"¿Qué quieres? Si estoy ocupada, se puede cometer un error. ¡Es su culpa por no tener cuidado con las alergias, tomar algo y alimentarlo! "