Take him to the party, he's a nerd.

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La humedad de mi cabello resbala por el costado de mi rostro, el vapor de la ducha recién cerrada me hace sudar y yo salgo del baño, respiro profundo y el aire dentro de mi habitación es más liviano y frío. Aprieto el nudo de la bata y ahora me dirijo a la puerta que oculta a mi armario. Me adentro en él y observo las coloridas prendas que se extienden por el cuarto. Hago una mueca; ni una sola idea cruza mi mente. Pienso que es demasiado pronto para agobiarme, pero no puedo evitar sentirme presionado. Reviso las camisas y ninguna me dice nada en especial, hoy es una noche importante y no puedo salir de casa vistiéndome como un día cualquiera.

Escucho al fondo el ruido de mi teléfono con una llamada entrante, corro descalzo y justo a tiempo logro contestarle a Mark.

—¿Hola? —contesto con prontitud.

¡Jaemin, tenemos un problema del tamaño del mundo! —me dice agitado, parece que ha hecho un maratón completo corriendo.

Frunzo el cejo y suelto un quejido por lo bajo, pensando en que hoy es el único día en que no quiero problemas, pero tal parece que al estar junto a Lee Mark eso es una misión imposible. Pongo los ojos en blanco y lo detesto por un instante, pero en vez de crear más problemas, necesito encontrar soluciones.

—¿Qué pasa? —pregunto mientras me tiro estómago abajo sobre el colchón de mi cama.

Balanceo los pies en el aire y mis dedos tamborilean sobre la suave textura de la colcha, intentando contener el impulso de gritar. Lee Mark puede ser el único tipo capaz de robarme la paciencia en apenas y un minuto, pero intento mantener la calma y solamente escucharlo.

La hermana de mi mamá está de visita en el pueblo —comienza a decir y mi mente no tarda en procesar la información adquirida.

—¿Y no te dejan salir? —supuse, pero Mark me hace caer en el error.

¡No! ¡Hoy nadie evitará que me ponga una verdadera borrachera! —sigue exclamando con indignación. Me siento frustrado y solo puedo pensar en por qué Lee Mark tiene que ser la persona más dramática de todo Jeonju.

Lo conozco desde que ambos teníamos doce años, apenas y unos pubertos de secundaria, pero ni siquiera con el paso del tiempo Mark ha dejado de ser un niñato. No es una parte que ame de él, pero aún así logramos entendernos bien. Su sentido del humor es ácido y algo pesado, con risas fáciles y demasiado escandalosas. Yo, por el contrario, no soy alguien fácil de hacer reír, quizá por la exigencia de mi humor, pero no puedo negar que mis más grandes ataques de risa han sido ocasionados por Lee Mark. Así que mantengo la calma a través de la línea telefónica, pido explicaciones y razonamientos antes de perder la poca cordura que me queda por esta noche.

Esas dos mujeres que ahora mismo toman el té en la mesa del jardín me han amenazado con que no saldré de esta casa si mi primo no viene conmigo.

—Oh... ¿Eso es todo?

Ese podría ser el verdadero problema, pero tampoco lo considero como una catástrofe que anuncie el fin del mundo. Suspiro y me río levemente, pensando en que mi mejor amigo es realmente un idiota. Pero así lo quiero.

Es nuestra última fiesta antes de ir a la universidad y separarnos para siempre, Jaemin —dice con berrinche, su voz es un poco más calmada que el inicio, pero aún así lo percibo preocupado.

—Lo sé —le digo. La melancolía es el precio a pagar por los buenos recuerdos.

Justo como dice Mark; la preparatoria ha terminado y es momento de comenzar a ser adultos. Él va a quedarse en Jeonju para estudiar finanzas e introducirse al negocio de su familia y yo me iré a Seúl para intentar convertirme en ingeniero civil. Nuestra amistad pasará a ser a distancia y nos veremos solamente durante las vacaciones. Está siendo un proceso difícil, pero ambos sobreviviremos. Suelo pensar en cómo es iniciar una nueva etapa. Me lleno de miedo y en algunas ocasiones he pensado en mejor quedarme en casa junto a mi madre y olvidarme de mis sueños, pero no es algo que pueda hacer toda la vida. En silencio suelo pensar lo doloroso que será dejar la ciudad en donde nací, decirle adiós a Mark y a las personas que conozco y forman parte de mi vida cotidiana. Lee Mark y yo somos inseparables, tanto que conocemos todo del otro, no existen secretos y siempre hemos sido el apoyo el uno para el otro. Cuando supe que la universidad me había aceptado para estudiar una ingeniería, probablemente Mark fue el más ilusionado al saberlo. Yo había intentado convencerle de que también se fuera a Seúl y viviéramos juntos, pero sus decisiones son determinantes y sus objetivos más claros que el agua. Yo no me puedo entrometer en sus asuntos e intentar hacerlo cambiar de opinión, así como él respeta y apoya mis ideas, pero aún así se siente como algo difícil el dejarlo ir.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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