En la oscuridad perpetua de un sistema estelar desconocido, la batalla rugía sin cesar. Los cielos estaban teñidos de un rojo profundo, reflejo de las llamas y la sangre que cubrían el campo de batalla. Las trincheras, que alguna vez fueron fortificaciones sólidas, ahora eran poco más que zanjas llenas de escombros, barro y cuerpos. En medio de este caos, un joven guardia Kasrkin, Andrus, se encontraba en su posición, su rifle láser firmemente agarrado entre sus manos enguantadas.
Andrus había sobrevivido meses en este infierno, luchando día y noche contra las interminables oleadas de herejes y abominaciones. Su armadura de carapacho, ahora cubierta de cicatrices y manchas de sangre seca, había sido su salvación en más de una ocasión. Pero hoy, el enemigo parecía interminable, y su agotamiento comenzaba a cobrar factura.
—¡Manténgan la línea!—
rugió el sargento, su voz apenas audible por encima del estruendo de la batalla. Andrus obedeció sin vacilar, disparando su rifle láser contra un grupo de cultistas que avanzaban hacia su posición. Cada disparo era preciso, cada enemigo abatido era un paso más hacia la supervivencia, pero también un recordatorio de la fragilidad de su existencia.
El tiempo pareció ralentizarse cuando un grito gutural resonó en el aire. De entre las filas enemigas emergió una figura imponente, envuelta en una armadura roja y negra adornada con runas caóticas y símbolos de Khorne. Un Marine Espacial del Caos, un berserker de los Devoradores de Mundos, avanzaba con una determinación aterradora. En sus manos, una espada sierra rugía con un sonido infernal.
Andrus apenas tuvo tiempo de girarse antes de que la bestia estuviera sobre él. Con una fuerza brutal, el marine golpeó, y la espada sierra encontró su objetivo. El joven Kasrkin sintió un dolor indescriptible mientras el arma cortaba su armadura como si fuera papel. Gritó, no tanto de dolor, sino de rabia y desesperación. Sus compañeros luchaban ferozmente a su alrededor, pero el mundo de Andrus se reducía al rugido de la espada y al creciente frío que invadía su cuerpo.
Cayó de rodillas, su visión nublándose. En sus últimos momentos, sus pensamientos se dirigieron a su hogar, a Cadia, y a todo lo que había jurado proteger. La oscuridad lo envolvió, y su último aliento fue un susurro de fe y desafío.
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"Descanso"
FanfictionAndrus Grey un Guardia Imperial Kasrkin obtiene una segunda oportunidad de vida....