EL CIELO

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Dios dijo "Exista la luz". Y la luz existio. Vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla.

Y así fue, el equilibrio intacto regido por nuestro amo y creador de todo lo divino, se dividió, pero, no de una forma simple como San Agustín, en sus textos llenos de infamias y proesas, hacia sus espectadores, deslumbra una batalla entre el bien y el mal, dónde la verdadera arma fue la justicia.

Aún pensarlo, el odio entre mis entrañas se corroe y piensa en esos pequeños momentos antes y después de la guerra, pero tranquilos no les llenare la cabeza,como la religión y sus ciervos, ciegos lo han echo, mi voz entre el Inframundo será la primera en ser contada, yo soy Semyazza.

Fui de aquellos conocidos como el líder de entre los Grigori, angel, cuidador y protector de los seres humanos, después del pecado de uno de mis camaradas.

Sin entender, por qué lo hizo y sus últimas palabras antes de ser exiliado la misma y contagiosa maldición también se llevó conmigo la libertad de la que presumía ante los seres mortales.

Antes de desordenarme en ideas que llegan a mí en un bucle de emociones, encontradas y momentos en los que quisiera entrar en mi propia piel, para poder presenciarlos nuevamente, estaré contando el inicio, no como todos quisiéramos conocerlos y hallar respuesta a grandes preguntas, atra vez de mis ojos y como yo los recuerdo.

Soy creado de materia, espacio, y alma, las estrellas hicieron mis costillas, las nubes mis alas y mi rostro como mi amo lo requería, sentimientos no humanos, una máquina con un único objetivo, servir.

Observaba mis manos, mi cuerpo desnudo en el aire y la brisa, fría y tranquila hacia el horizonte, escuchaba pequeñas voces a la distancia, de repente, decendi como un cántico Celestial que iluminaba mi cuerpo.

Cuando lo observé a lo lejos, un acantilado cercano con tres seres como yo, sin embargo, sus pieles no estaban desnudas como la mía, se encontraban cubiertos por un color dorado resplandeciente, una voz gruesa y profunda grito en la lejanía, mientras me encontraba en el aire.

-¡Semyazza!, bienvenido a nuestro reino -pronuncio en acento sofisticado y casi divino, su test pálida y cabello dorado lo hacian diferente a los demas-.

Como si una fuerza me arrastrara y la seguridad de un ser diferente me llevará hacia ellos, aterricé en el borde del acantilado, tocando la tierra, y el embriagante olor fresco que está me pronunciaba.

Mi cuerpo, fuerte y sin dolor, supo que hacer, incorporarse y comenzar a llenarse de ideas como una lluvia de meteoritos, nombres, ordenes, honor, enseñanzas, lo más importante de todo, a quien servir y ideales.

-Es un gusto saber que serás nuestro nuevo líder -Exclamo su camarada del lado derecho, su apariencia diferente al primero, más joven y inexperto, su aire alegre y sonrisa inocente, cabellos finos y de color negro, casi Celestial, sus ojos azules casi blancos, llenos de asombro-.

-¿Quienes son ustedes? -Indique confuso, las ideas en mi cabeza y las emociones aún se encontraban evolucionando en mi cabeza,como si el universo y su conocimiento aún recargara todo sobre mi.

-Entiendo, eres nuevo, y sabes tu proposito, yo te lo explicare, estarás con nosotros en todo momento, pero debes vestirte apropiadamente, por favor acompañanos -Indico el primer ser, quien llamo mi nombre, el ser más hermoso que jamás presencié, cabellos rizados y dorados, como una nube, rostro fino y elegante, ojos celestes y labios finos, su presencia y porte, lo hacian lucir diferente, único entre todos y voz atrayente.

Caminaron a paso lento, charlando entre si de historia y deberes, dialecto aún cuestionable, en confianza mientras que el ser de la izquierda más callado, pronunciaba pequeñas frases, frío como la brisa que me trajo, su cabello largo y blanco, lo distinguían de los otros dos, ojos negros penetrantes y cejas pronunciadas, era posible ver seres extraños y llenos de divinidad, sus alas con toques doradas y tan suaves.

Así como en el cielo, Estaré en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora