Xavi

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En una noche calurosa en Los Ángeles, Xavi se preparaba para subir al escenario. Las luces brillaban intensamente, y el sonido de la multitud vibraba en sus oídos. Era su tercer concierto de la gira y ya sentía el cansancio acumulado, pero la energía de sus fans siempre lo revitalizaba.

Al salir al escenario, el rugido de la multitud lo recibió. Comenzó a cantar sus canciones con la pasión que lo caracterizaba, perdiéndose en el ritmo y las letras. Sin embargo, en medio de la multitud, sus ojos se encontraron con los de una jóven que lo miraba con una intensidad especial.

Ella estaba en primera fila, con una sonrisa que iluminaba su rostro y una camiseta con su nombre. Xavi no pudo evitar sentir una conexión inmediata. A lo largo del concierto, sus miradas se cruzaron repetidamente, como si fueran los únicos en el lugar.

Después del show, aún con el latido acelerado del corazón, Xavi se dirigió al camerino, pero no podía quitarse a la chica de la cabeza. Decidió pedirle a su manager que la buscara entre la multitud, algo que nunca antes había hecho.

—¿Puedes encontrar a la chica de la primera fila? La de la camiseta con mi nombre —le pidió a su manager.

Para su sorpresa, su manager logró encontrarla y llevarla al backstage. Cuando ella entró, Xavi sintió una mezcla de nervios y emoción.

—Hola, soy Xavi —dijo él, sonriendo con timidez.

—Hola, soy __ —respondió ella, igual de nerviosa pero emocionada—. No puedo creer que esté aquí.

La conversación fluyó naturalmente entre ellos.

—¿Qué te pareció el concierto? —preguntó Xavi.

—Fue increíble. Tus letras siempre me inspiran —respondió Laura con entusiasmo.

Xavi sonrió, fascinado por su sinceridad.

—¿Te dedicas a la música? —preguntó él.

—Sí, estudio música. Tus canciones me animaron a seguir mis sueños —confesó ella.

A medida que la noche avanzaba, Xavi se dió cuenta de que no quería que ese momento terminara.

—Me gustaría seguir en contacto contigo —dijo Xavi—. La próxima vez que esté en la ciudad, te daré un pase especial para otro concierto.

—¡Me encantaría! —respondió emocionada.

Antes de despedirse, compartieron un tímido abrazo que prometía más encuentros en el futuro.

Esa noche, Xavi se fue a dormir con una sonrisa en el rostro, consciente de que algo especial había comenzado. Su música lo había llevado a conocer a alguien que, en tan solo una noche, había tocado su corazón de una manera única.

One Shots Corridos TumbadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora