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Estaba corriendo por la calle de mi ciudad natal cerca de donde vivía, escapaba de la policía con una maleta llena de billetes, corría sin parar mi adrenalina estaba al mil por darme cuenta de lo que hacia y por la satisfacción que tendría al ver la cara de mis padres al saber lo que he hecho, sin duda, era mi mejor robo, de pronto todo se volvió oscuro y aparecí en mi cuarto siendo regañada por mi padre, tenía solo 8 años y ya había hecho mi primer robo, después de que terminara de regañarme salió del cuarto y entro mi madre seguida de mi hermano quien sonreía plácidamente, de un momento a otro estaba en el piso sintiendo el cachete izquierdo caliente mirando hacia el ventanal del lado derecho del cuarto. Un golpe bastante fuerte siendo el primero pero no el último, seguido de una patada que daba justo en más costillas para seguir recibiendo de parte de mi hermano y mi mamá, no podía gritar no me salía la voz, mi fantasía de infancia se había esfumado en solo una noche.
Abrí los ojos viendo primeramente oscuridad, luego sintiéndome caliente mientras sudaba exageradamente y por último me sentía incapaz de mover una sola articulación.
X: ¿estas bien?
(¿Que?)Te sentías perdida por la repentina voz. Te pudiste mover girando la cabeza para mirar de nuevo al extraño, estaba sentado en una piedra al frente tuyo con una lata en la mano vacía, lucia igual que esta mañana pero se le notaba unas pequeñas ojeras en sus ojos debido a la luz de la fogata que nos separaba uno del otro, me seguía mirando esperando una respuesta.
T/n: me disparaste, ¿como puedes preguntar?
X: te ves mal, no se si es por un sueño o por el disparo
T/n: pues es por el disparo que me puso mal y no te incumbe saber tanto
X: ... perdón por disparate pero te lo advertí y no me insiste caso
T/n: tu hubieras hecho lo mismo
X: no, lo hubiera hecho mejor
T/n: si como no- dije con la vos baja con un poco de sarcasmo, (¿quien se iva a creer eso?), movi un poco la pierna para ver si podía ya levantarme y efectivamente si. La doble para hacerlo con más comodidad, cosa que no resultó como esperaba por una punzada atrás de la rodilla que recorrió todo mi cuerpo en menos de un segundo.
Asi que lo hice un poco mas lento intentando no marearme y estirar un poco las piernas, cuidando no lastimarme más de lo que ya estaba (que molesto) pensé mientras agarraba mi maleta e irme
X: quédate
Lo ignore y me seguí acomodando la maleta y ropa ya preparada para irme, di unos cuantos pasos hasta que volvió a hablar
X: es peligroso ahora, aguarda esta noche y mañana te vas
Voltee a mirarlo con la rabia llenándome todo el cuerpo.
T/n: Todo el día es peligroso, la noche no cambia nada y ¿para que me detienes? no tenemos nada como para que te preocupes por mi
X: no tenemos nada pero no todos los días te encuentras con alguien vivo, además tengo comida, toma- apenas termino de hablar me ofreció una lata de frijoles sin destapar y una cuchara sorprendente limpia. Lo miré  y luego a la botella, lo volví a mirar como si estuviera bromeando pero con su seriedad supe que no, agarré la lata con la cuchara y me senté de nuevo donde había despertado.
Termine después de unos minutos, cerré los ojos sintiéndome un poco llena y satisfecha.
T/n: gracias
Abrí los ojos viendo los ojos totalmente negros del extraño.
T/n: ¿porque me miras?
X: solo me aseguro que no trames hacer algo en contra mío
T/n: no veo la necesidad de hacerlo, no ahora y menos contigo
X: ...
Pasaron unos minutos antes de que volviera a preguntar otra cosa tonta pero que me inquietaba
T/n: ¿por que te vistes así?
X: ¿así como?
T/n: solo de negro
X: me camufla mejor en la noche
T/n: ¿para qué?
X: para los ladrones, caníbales o los mutantes que abundan en la noche.
T/n: también van por el día y por el día eres lo que más destaca
X: en el día puedo ver mejor a lo lejos y esquivarlos o estar despierto y poder defenderme.
Respondió esto último para así quedarse con la última palabra(¿Como puede tener respuesta a todo?), deje de mirarlo para tranquilizarme un poco y pensar como puedo persuadirlo, mientras pensaba recordé que algo me faltaba y que el me había quitado, sorprendiéndome por hasta ahora acordarme y girarme a verle ( que tal si me hubiera ido ya, que descuidada soy) me dije regañando mentalmente
T/n: ¿Donde está mi arma?- le pregunté alzando un poco la voz
X: no te la daré- dijo de la manera más tranquila posible, le extendí mi mano para poder recibirla
T/n: no me importa, dámela
X: no
T/n: es mía
X: para usarla contra mi
T/n: no la usaré contra ti, te lo prometo
X: no tienes nada con que confirmar tu promesa
T/n: te lo juro por la arma misma- dije esto último con un poco de preocupación y dudando un poco si era la decisión  correcta
X: mañana te la daré
T/n: no, dámela ahora
X: tendrás que aguantarte las ganas de tenerla
T/n: no es justo
X: es por mi seguridad
T/n: ¿y la mía?
X: te la daré si es necesario.
Me cruce de brazos un poco enojada ya con la discusión perdida. Me recosté cansada para poder volver a dormir después de caminar por los alrededores pensando en si pude haber dicho algo mejor para ganarle y obtener mi arma mientras el desconocido seguía mirando a los alrededores luego a la fogata y por último a mi.

Soy la reina de su mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora