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-Entonces... Riki... ¿alguna vez piensas correctamente? -preguntó la señorita Watanabe Yuki mientras miraba a su hijo y a su... uh, básicamente, nueva pareja. Su cabello oscuro con mechones de cabello gris mezclados, ciertamente era mucho mayor que la propia madre de (Nombre).
Riki puso los ojos en blanco. -No, no lo sé. ¿Hay alguna manera de solucionar esto?
-No, ¡no la hay! Porque la única manera es si mueres o, eh, en realidad esa es la única manera -dijo la señorita Watanabe, frunciendo el ceño.
(Nombre) miró a Riki. -No me importa si mueres.- Eso era mentira, gritó su "omega" interior ante la idea de perder a Riki.
-Por supuesto que no lo harías. -Riki puso los ojos en blanco. Cuando trajo a (Nombre) a casa, nadie debería haber estado allí, pero la suerte no estuvo de su lado cuando su madre estuvo aquí.
La señorita Watanabe suspiró. "Bueno, este es tu lío. Básicamente, ambos son adultos. No hay nada que pueda hacer excepto ayudar al señor Tanaka a sentirse cómodo como omega".
(Nombre) se mordió el labio. "Gracias..."
-Tengo un turno en el hospital esta noche. Espero que no hagan ninguna otra estupidez esta noche, ¿de acuerdo? Manténganse alejados...
-No será difícil -interrumpió Riki, ganándose una mirada penetrante de su madre que él le devolvió con gusto.
-Intenta no provocarle el celo. Volveré por la tarde. -Y con eso, Riki y (nombre) fueron los únicos que quedaron. Riki resopló y se levantó, caminando hacia su habitación.
Simplemente dejó a (Nombre) allí solo. (Nombre) frunció el ceño. Ni siquiera estaba seguro de por qué Riki estaba enojado. ¿No quería esto? ¿Qué idiota marca a alguien que no quiere?
Watanabe Riki, aparentemente.
(Nombre) estaba a punto de encender el televisor cuando le cayeron un par de prendas sobre la cabeza. Se dio vuelta y vio a Riki con una mirada vacía en su rostro.
-Ropa para cambiarte. Puedes dormir en el dormitorio de mi mamá.
-¿Por qué no el tuyo?
Riki alzó una ceja. -¿Y ponerte en calor? A menos que quieras follar, no te acerques a mí, idiota.
