C A P Í T U L O U N O

24 0 0
                                    

Hola, antes de publicar este capítulo os quiero decir que Wattpad me ha borrado todos los capítulos. No sé qué está pasando últimamente con mi cuenta, pero espero que se solucione pronto.

Perdón por los inconvenientes y espero que os guste. He modificado algunas cosas de la historia pero espero que os guste igual que a mí.

Gracias,
Daniela.

****

Aleska.

—Bueno, ¿y qué os parece la nueva casa? —dice papá, mirándonos con extrema felicidad.

Bueno, no estaba tan mal dentro de lo que cabe. Ventanas rotas; sonido de puerta chirriante como las películas de terror y algo que nunca debe de faltar en una casa endemoniada: un sillón diabólico.

El polvo se hace presente en nuestras fosas nasales cuando Daria, mi hermana, quita un periódico de la mesa. Siempre hace muecas de desagrado ante todo lo desconocido. Y a lado de ella, estaba mi hermano Maxim. Siempre tiene puesto los cascos porque odia escuchar a los demás, sobretodo a nosotras. Sus hermanas.

Quién está mirando las escaleras rotas de madera con mala gana es Anna, mi madre. Tiene un gusto bastante peculiar y es demasiado perfeccionista. Supongo que ver todo esto, es como tirarle un balde de agua caliente en los ojos. Y ahí está mí padre Mikhail, quién es la esperanza de la familia porque siempre está pensando en positivo.

Todo lo contrario a mí.

—¿Y qué os parece? —dice papá, repitiendo la misma pregunta.

Daria suspira.

—Yo tengo planes. Me voy.

La mano de Mamá en el hombro de Daria la detiene por completo.

—De eso nada. Vamos a ver una película en familia. —sonríe mamá, acariciándole la barbilla.

—¿Si? —sonríe Daria forzadamente, para después señalar el comedor sin televisión—¿y cómo la vamos a ver? ¿Por señales de humo?

—Déjate el sarcasmo, Daria. Y ayúdame a desempaquetar todo.

Ella bufa, sin ánimos de reprochar. Nadie se atreve a reprocharle a una madre rusa.

Cojo una caja y empiezo a romper los costados con un cúter, cogiendo los utensilios de cocina. Después de cinco minutos, papá hace un sonido con los metales que nuestros oídos rechazan por completo.

—Familia, quiero anunciar algo muy importante. —Maxim rueda los ojos ante la iniciativa de papá.

—¡Hoy, a las siete y media de la noche, van a venir dos compañeros de piso!

Yo miro a mamá, pensando que es una broma o algo parecido pero no me devuelve la mirada. Solo se limita a sonreír.

Maxim se quita los cascos.

—¿Qué? Solo hay cuatro habitaciones. —dice, escupiendo las palabras con enfado.

—Por eso, la hermana del chico se quedará a dormir en tu habitación. —cuando las palabras de papá las escucha Maxim, éste lo mira con cara de horror.

El Invierno más frío sin ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora