Morir de amor🤍

partido ep10🧤🥅

Narran las escritoras

El partido estaba siendo intenso, con ambos equipos luchando por el triunfo. Tala Rangel, como portero, estaba concentrado en la cancha, pero no podía evitar mirar hacia la grada y ver a Alethia animando a Alan.

Aunque estaba con Sofía, Tala sabía que no sentía nada por ella. Era solo una distracción, una forma de olvidar a Alethia. Pero ver a Alethia y Alan juntos era como un recordatorio de lo que había perdido.

En un momento del partido, Alan hizo un pase perfecto a su compañero de equipo, que anotó un gol. Alethia se levantó de su asiento, sonriendo y abrazando a Alan. Tala sintió una punzada en el corazón, pero trató de ignorarla.

Después del partido, Tala se encontró con Sofía, que lo abrazó y lo felicitó por su buen juego. Pero Tala no podía evitar sentir que estaba viviendo una mentira. No sentía nada por Sofía, y saber que Alethia estaba con Alan era un recordatorio constante de lo que había perdido.

Tala se preguntaba si alguna vez podría superar sus sentimientos por Alethia y encontrar el amor de verdad. Pero por ahora, estaba atrapado en un ciclo de dolor y nostalgia.

Sabía que en algun momento le tenía que decir la verdad a Sofía y eso lo quería hacer después del partido

Tala y Sofía estaban sentados en un café, mirándose el uno al otro. Tala sabía que tenía que ser honesto con Sofía, aunque fuera difícil.

"Sofía, necesito hablar contigo sobre algo", dijo Tala, tomando una respiración profunda.

"¿Qué pasa?", preguntó Sofía, mirándolo con curiosidad.

"La verdad es que... no siento nada hacia ti", dijo Tala, tratando de ser gentil pero honesto. "Me gustabas al principio, pero luego me di cuenta de que solo te estaba usando para olvidar a Alethia".

Sofía lo miró con sorpresa y dolor. "¿Por qué me dijiste que me amabas?", preguntó.

"Lo siento, Sofía. No quería lastimarte. Pero no podía evitar sentir que estaba viviendo una mentira. No te amo, y no es justo para ti que sigamos así", dijo Tala.

Sofía asintió, tratando de contener las lágrimas. "Entiendo. Lo siento por ti, Tala. Espero que encuentres lo que estás buscando".

Tala se sintió aliviado de haber sido honesto, pero también se sentía culpable por lastimar a Sofía. "Lo siento mucho, Sofía. No quería hacerte daño. Eres una persona increíble y mereces alguien que te ame de verdad".

Sofía sonrió débilmente. "Gracias, Tala. Lo mismo te deseo a ti".

Sofía se sintió como si hubiera sido golpeada en el estómago. No podía creer que Tala le hubiera dicho que no sentía nada hacia ella. Había creído que su relación era real, que Tala la amaba de verdad.

Pero ahora se daba cuenta de que había sido una ilusión. Tala solo la había estado usando para olvidar a Alethia. Sofía se sintió utilizada, como si no fuera más que un objeto para Tala.

Sintió una mezcla de emociones: tristeza, rabia, decepción. Se preguntaba cómo había podido ser tan ciega, cómo había podido creer que Tala la amaba de verdad.

Pero también se sintió aliviada. Al menos ahora sabía la verdad. No tendría que seguir viviendo una mentira, seguir creyendo que su relación era real cuando en realidad no lo era.

Sofía se levantó del café y salió a la calle, necesitando aire fresco y espacio para pensar. Sabía que necesitaría tiempo para superar esto, pero estaba lista para seguir adelante. No merecía ser tratada de esa manera, y merecía encontrar a alguien que la amara de verdad.