Change of Heart ♡ YooSeo.

♡ O2.

Seoyeon no podía creer lo que veía cuando llegó al restaurante, al cual Yooyeon le había indicado ir. Estaba preocupada, pero también emocionada. Había pasado una semana desde que había visto a la mayor. 

No hay manera en la cual quedes embarazada y tengas a esta niña en un lapso de una semana, ¿verdad? 

Seoyeon caminó con cuidado a la mesa, esperando que Yooyeon bajara el menú y la saludara. En cambio, una niña con grandes ojos gira su cabeza y la mira. Seoyeon y la niña tienen un concurso de miradas antes de escuchar la voz de Yooyeon desde atrás del menú. 

—¿Macarrones con queso suenan bien para ti, Yeonji?

La niña pequeña, que al parecer se llama Yeonji, gira la cabeza hacia Yooyeon. 

—Sí mamá, y helado como postre. 

¿Mamá? 

Seoyeon casi pierde la fuerza para mantenerse de pie, cuando por fin Yooyeon pone el menú en la mesa y mira molesta a Yeonji antes de mirar una silueta familiar detrás de su hija. Sonrió suavemente. 

—Estás aquí. 

Seoyeon asiente, mientras trata de ignorar el par de ojos que la siguen cada paso que da y caminó hacia Yooyeon, dándole un beso en la cabeza. Antes que pudiera saludar a la mayor, una pequeña protesta se escuchó. 

—¡Mamá, ew! ¡No besos de extrañas! 

Los ojos de Yooyeon se abrieron y pudo sentir un agarre en su hombro, intentó tomar la mano de Seoyeon y guiarla al asiento libre a su lado. 

—No, cariño. Ella no es una extraña. Ella es Seoyeon y es mi...—Seoyeon pudo sentir la mirada de Yooyeon en ella, mirándola amorosamente antes de girarse para ver a su hija—. Novia. 

El corazón de Seoyeon revoloteó ante la acción de Yooyeon, pero se sintió nerviosa de inmediato debido a la mirada de la niña. 

—Mamá, no novia. A Yeonji no le gusta. 

Los ojos de Yooyeon se abrieron, en una expresión sorprendida. 

—¡Yeonji! 

Yooyeon giró su cabeza lentamente a su derecha, sintiéndose extremadamente nerviosa por su novia. Pero Seoyeon se miraba calmada –¿tal vez?–, Yooyeon no pudo evitarlo y tragó saliva cuando Seoyeon por fin volteó su cabeza, mirándola. 

—Y, ¿puedo saber quién es? 

Mientras Yooyeon estaba a punto de abrir la boca, Yeonji ya estaba respondiendo la pregunta. 

—Me llamo Yeonji, tengo cuatro años. Y no me gustas. 

Seoyeon sonrió en dirección a Yeonji. 

—¿Sí? Los sentimientos son mutuos, tampoco me gustas. 

Yooyeon sintió como estaba a punto de desmayarse. 

Después del desastroso almuerzo con una rara tensión entre Yeonji, quien seguía hablando y se reusaba a comer a menos que Yooyeon la alimentara, y Seoyeon, que la siguió alimentando con su almuerzo y también habla sobre su día. Ahora están en su camino hacía el estacionamiento. Ambas, Seoyeon y Yeonji, habían ignorado la presencia de la otra mientras seguían quitándose la atención de Yooyeon mutuamente. Yeonji se encontraba en brazos de Yooyeon cuando llegaron a un auto desconocido. 

—Mamá, ese auto no es nuestro. 

Yooyeon suspiró. 

—Es el auto de Seoyeon, ya tiene que irse. Tenemos que decir adiós. 

Yeonji se cruzó de brazos. 

—¡Es una niña grande! ¡No necesita un adiós! 

Yooyeon gruñe cuando Yeonji le dice eso. Seoyeon detuvo sus pasos y giro todo su cuerpo, mostrándoles una sonrisa forzada. 

—Sí, unnie. Soy una niña grande, no necesitas cuidar de mí. Ni siquiera me dijiste que tenías una hija.  

Yooyeon pudo sentir la sangre en su cara cuando escuchó a Yeonji aspirar aire.  

—¡Pero Yeonji es la hija de mamá! 

Seoyeon se burló y destrabó las puertas de su auto, cerrándole la puerta en la cara a la mayor. 

—Seo- 

—Guarda tus explicaciones, unnie. Necesito tiempo. 

Yooyeon miró el auto de Seoyeon abandonar el estacionamiento, y escuchó a Yeonji sacar la lengua y hacer una mueca. 

—Chica mala. 

La mayor suspira y baja a Yeonji, agachándose para igualar su altura. 

—Eso no es lindo, Yeonji. 

Yeonji cruzó los brazos y miró a su madre. 

—¡Pero no le dijiste que yo era tú hija!

Yooyeon se frotó la frente, sintiéndose cansada de pronto. 

—Sé que es mi culpa, pero tengo mis razones, bebé. Razones de adultos. Por favor, no vuelvas a ser así con ella, ¿bien? 

Yeonji negó con la cabeza, y comienza a caminar lejos de su mamá. Yooyeon mira su espalda, con estupefacción y alcanza a su hija. 

—Esto es malo...