Capítulo 32

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Narra Luna

¿Honestamente? Fue un día de mierda.

Desde el primer momento que llegué a la escuela todos hablaban a mis espaldas y se reían de mí, no entendí hasta que una chica muy amable me mostró todo lo que estaban diciendo de mí en la cuenta de confesiones de la escuela.

Luego de eso las cosas se pusieron peores, me molestaron aún más y sencillamente no me dejaron tranquila ni cuando ya me había ido de la escuela.

Al llegar a casa mi primera reacción —además de llorar— fue llamar a Sol. Estaba segura de que ella me entendería y apoyaría.

Y así lo hizo, creo que fue la mejor compañía que pude tener hasta que llegó mi mamá del trabajo.

Apenas llegó salí de la habitación para ir a verla. Quizás debí salir con Sol, pero qué más da, no estaba para pensar en lo "correcto".

Cuando ví a mamá lo primero que hice fue abrazarla. La necesitaba ahora más que nunca, y sólo deseaba que ella me apoyara y se pusiera de mi lado.

—¿Dónde está Sol?— preguntó luego de un par de minutos abrazadas. Ahí recordé que ella seguía en mi casa.

—Debe estar en mi cuarto— respondí terminando el abrazo —. Voy a buscarla.

La busqué, y en efecto estaba sentada en mi cama revisando su celular. Al parecer estaba enviando mensajes o algo así.

—Vamos, mi mamá ya llegó— le avisé. Ella se levantó de mi cama y salió de mi habitación conmigo.

Se veía algo nerviosa, pero supuse que era normal ya que es la segunda vez que ve a mi mamá y en circunstancias no muy agradables.

—Hola señora— saludó tímidamente. Sonreía un poco, pero solo eso, un poco.

—Hola Sol, qué lástima volverte a ver en estas circunstancias— dijo mi mamá. Sol asintió y ya.

Las tres fuimos a sentarnos en los sillones de la sala. Sol y yo en uno solo y mi mamá en otro frente a nosotras.

Las dos estábamos a la expectativa de qué iba a decir, si habló con Isabel o qué pasó al final.

Yo estaba moviendo mucho la pierna por los nervios, y ella lo notó, así que colocó su mano en mi pierna para tratar de calmarme un poco. Yo le sonreí y seguí esperando que mi mamá hablara.

—Sí hablé con Isabel— dijo mi mamá por fin —. Le comenté la situación y ella no estaba enterada ni de la cuenta que publicó las fotos ni de la situación en general según lo que me dijo; quedamos en que iba a averiguar de quién es la cuenta y los que enviaron los mensajes de las fotos y en general participaron en las burlas serían expulsados por una o dos semanas.

Sentí un gran alivio al oír eso. Sí habría una consecuencia para todos los que me estaban haciendo sentir mal, y eso me aliviaba de cierta forma.

Sol me sonrió y yo no pude evitar sonreírle de vuelta. Agarró mi mano y empezó a acariciarla.

—¿Y mientras descubren de quién es la cuenta qué pasaría? ¿O no se van a demorar mucho?— preguntó ella.

—Dijo que tardarían entre tres y cuatro días en averiguar todo, pero mientras tanto por los comentarios de la publicación ya tienen a algunas personas que van a mandar a detención o a expulsar— respondió —. Y necesitan saber quiénes te han insultado físicamente o por mensaje, mañana vas a ir a su oficina para explicarle todo a ella y que entienda mejor.

Eso último no me gustó. Por mucho que todo pudiera tener solución sabía que solo sería peor el maltrato si se enteraban de que podrían expulsarlos.

—¿En serio tengo que ir?— pregunté. Sabía que sí, que no era opcional, pero el simple hecho de tener que pisar la escuela no me agradaba.

—Sí cariño, si no vas no van a tener la información completa y puede que tarden más en encontrar el dueño de la cuenta, o que haya alguna persona que se haya metido contigo y no lo castiguen como se debe.

Suspiré frustrada. Tendría que ir, da igual si tengo ánimos o no, al parecer es algo muy necesario.

Terminé asintiendo con la cabeza sin decir más nada. Mi mamá y Lucy se quedaron hablando de algunos mensajes que me enviaron y yo me fuí a la cocina.

Con todo esto no había almorzado, y aunque no tengo hambre necesitaba la comida si quería tener un mínimo de fuerzas mañana.

Agarré un poco de arroz que quedaba en la nevera, lo calenté y cuando iba a empezar a cocinar la carne sentí unas manos en mi cintura.

Me asusté un poco, pero cuando volteé y ví a Sol me relajé.

—¿Por qué vas a cenar con carne y arroz? ¿No es más fácil preparar un pan con queso o algo así?— dijo apoyando su cabeza en mi hombro. Mi piel se erizó al tenerla tan cerca, pero traté de ignorarlo.

—Es mi almuerzo, en realidad, pero también cuenta como cena— respondí tratando de concentrarme.

—¿No comiste antes?— preguntó algo sorprendida, yo negué.

—Entre tantas cosas no pensé en comer— admití —, pero tengo que comer, entonces aquí estoy.

Ella no dijo nada, sólo se alejó y en vez de seguir atrás mío se colocó a mi lado. Fue lindo, ya que me ayudó a servir mi comida en el plato y me acompañó mientras "almorzaba", pero me preocupaba que se estaba haciendo tarde y ella seguía en mi casa.

—Oye, de verdad muchas gracias por toda la ayuda, pero ya se está haciendo tarde y es algo peligroso volver a tu casa luego de que ya haya atardecido— le dije luego de terminar de comer.

Me vió algo triste, pero no me reclamó ni me dijo nada.

—Lo sé, solo quería asegurarme de que estuvieras bien.

—Y te agradezco, de verdad que lo hago— aclaré —. Pero no me gustaría que te pusieras en peligro por volver tarde a tu casa por mi culpa.

—En un rato me voy, tranquila— dijo con una sonrisa algo triste.

Eran poco más de las seis de la tarde. Ya estaba empezando el atardecer y aunque no quería que se fuera del todo, era lo mejor que podía hacer.

Sol se despidió de mi mamá, la cuál le agradeció por apoyarme mientras ella no pudo y luego volvió conmigo.

—Cuídate, ¿Sí?— pidió.

—Claro— asentí sonriendo y le dí un beso en la mejilla.

Ella no me dejó acompañarla como el otro día hasta la parada de autobuses, así que solo la despedí en la puerta y luego se fue.

De verdad que estaba muy agradecida con ella, me había ayudado bastante e incluso hizo que me distrajera un poco, pero de todas formas sabía que si no se quería ir es porque algo está ocurriendo en su casa.

Algo anda mal, y aunque no me lo decía sé que es así. Solo espero que las cosas también mejoraran para ella.

Ojalá las dos pudiéramos estar bien otra vez.

Sol y Luna (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora