Julieta despertó en un cuarto, las paredes eran blancas, el piso de madera color café obscuro y había una única ventana que era cubierta por 2 cortinas blancas, en el cuarto sólo estaban una cama, en la cual Julieta yacía, un armario viejo, una mesa y una silla, todo de la misma madera que el suelo, en la silla se encontraba otra persona, parecía estar escribiendo algo.
Julieta se asustó al verla, se sentó y la vió fijamente, antes de hablar-¡¿Quién eres?!- preguntó la pobre, asustada a más no poder. La persona se volteó, resultó ser un chico, unos años más grande que ella, él tenía pelo negro, teñido de rojo en las puntas, piel de un color oliváceo, y ojos grises, Julieta no lo quería admitir por el miedo que sentía en ese momento, pero no podía negar que el chico era algo guapo.-No te asustes, vas a despertar a los demás- dijo el chico, dejando la pluma con la que escribía en el escritorio -Mi nombre es Jade, vivo aquí-. Julieta recibió la información, se quedó confundida, ¿habían otras personas? ¿Porqué estaba ella aquí?, queriendo respuestas, aunque un poco temerosa, volvió a preguntar -¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es este lugar?-. Jade vió la libreta que también se encontraba en la mesa, luego su mirada volvió a Julieta -Esta es la casa de los perdidos, te encontramos en un avión que cayó por aquí- Jade respondió -¿Encontraron? ¿Hay más gente aquí?- Julieta preguntó otra vez -Si, al igual que tú, son gente que se perdió-.
Julieta se volvió a alterar, ella no estaba perdida, no tenía porqué estarlo -¡Pero yo no estoy perdida! ¡Sólo me dormí durante el vuelo y desperté aquí!- julieta reclamó, al borde de las lágrimas, -Te pido por favor quee te calmes- Jade habló, con cierta serenidad -Si, desafortunadamente estás perdida, y no hay forma de regresar a tu hogar-. Julieta se quedó en silencio por un momento, se hizo bolita y empezó a llorar, no volvería a ver a su familia y tenía miedo de lo que le harían en aquel sitio, Jade al verla así, se acercó a ella y acarició su espalda, intentando reconfortarla -Entiendo que estés así, todos en algún momento lo estuvimos, pero, vas a ver que te va a gustar este lugar- jade dijo, una leve sonrisa en su rostro.
Cuando Julieta se calmó, Jade volvió a la mesa -Por cierto, ¿Cómo te llamas?- preguntó -Julieta Álvarez- ella respondió, aún secándo sus lágrimas-Oh, sólo tu nombre es suficiente- agregó Jade, terminando de escribir. Dejando la pluma en la mesa, jade se levantó y se dirigió a la puerta de la habitación -Espera aquí, ¿si?, vuelvo en un momento- dicho esto, abrió la puerta y se fue.
Julieta miró la puerta abierta, el pasillo estaba igual de oscuro que el cuarto, le daba un poco de miedo. Miró el pasillo por unos minutos hasta que Jade volvió, esta vez con un collar que tenía una placa de identificación, Jade se acercó y se la dió a Julieta -Póntela y por nada del mundo te la quites, si?- Julieta tomó el collar y se lo puso, sostuvo la placa para ver lo que decía: "Casa de los Perdidos, 201, Julieta".-Entonces, ¿es oficial? ¿voy a quedarme aquí?- Julieta preguntó, mirando a Jade -Si, amenos que quieras vivir afuera, pero no te lo recomiendo- Jade contestó, Julieta, por curiosidad, se acercó a la ventana y se asomó, apartando un poco las cortinas
La casa estaba rodeada por un lugar enorme, edificios por todas partes, gente que caminaba constantemente, era tanto el movimiento que a Julieta le dió vértigo, volvió a cerrar la cortina y dirigió su mirada a Jade -Si, prefiero quedarme aquí-.