PRÓLOGO

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Hay más de 40 personas en esta casa y a ninguna de ellas le importo. Me dirigen sonrisas encantadoras, levantan sus vasos para saludarme cada vez que paso, los he escuchado hablar maravillas de mí, y muchos de ellos afirman que soy su amiga.
¿Quieres saber la verdad de porque hago una fiesta cada quincena en esta horrible y gigantesca casa? Sé que puedo hacer magia. Si, tengo habilidades que no se consiguen de un día para otro. Me paseo por el balcón de la sala que me permite una vista más amplia de cada rata que se mueve bajo mis pies.
Al pasar junto a un grupo de chicas escucho un poco de su conversación.
—Belle es tan estupida—expresa una, al mirarla de reojo ya se quien es: Bailey, 17 años, vive a dos cuadras de mi casa, es la graciosita de su grupo aunque si me lo preguntas lo único que tiene de graciosa es la forma peculiar en la que estornuda. Suena como un elefante relinchando.
—Esa perra piensa que haciendo fiesta en su casa puede hacer amigos.
—Nosotras solo estamos aquí por el alcohol y por supuesto por los hombres—la chica se ríe y sus amigas sueltan risitas cómplices.
Paso detrás de ellas, ninguna ha notado mi presencia. Bueno, esa es mi primer habilidad: la de ser transparente, tan transparente que puedes ver a través de mi o mejor dicho pasar de mi.
En el otro extremo de la barra del balcón dos chicos conversan observando con morbo a una chica de la sala inferior que baila provocativamente. Su cuerpo se mueve al ritmo de "Mount Everest” de Labrinth.
Recargo los antebrazos en la barra: Key y Derry están en su último año de la secundaria, aficionados al fútbol, la lucha libre y a ser unos zorros cazadores de mujeres.
—¿Cuánto apuestas a que me la tiro esta noche?—reta Key sin quitar los ojos del trasero a Danika (la bailarina más destacable de la noche).
—Esa chica no es cualquier chica imbécil. Es especial con sus ligues, estamos hablando de Danika, hombre—Derry resopla de burla—Es más probable que te cojas a Belle a terminar entre las piernas de Dani.
Aprieto las manos alrededor de la barra. El corazón me late furioso, debería irme de aquí, no tengo nada bueno que escuchar, pero mi cuerpo permanece en el mismo sitio.
Key se ríe fuerte, bebe de su vaso con una sonrisa maligna. Está por soltar una frase que seguro pensaré los próximos días.
—Belle está pasable, podría rozar la palabra bonita de no ser por esa personalidad extraña y ruda que tiene. ¿Recuerdas que en la primaria se ensaño con Edison solo porque toco su peluche de R2D2?
—Nunca habia visto a una niña golpear asi, hasta le hizo una llave al idiota—Derry sonríe, la mano me tiembla por ganas de darle una paliza en la boca.
—Lo peor es que Edison perdió y en la salida se volvieron a agarrar en el parque frente a la escuela. Recuerdo apostar por Belle, ese día gané más de lo que creía y todo por una niñita ardida.
—Ojala cogiera así como golpea.
—Seguro tiene el terreno cercado
—Tiene cara de...
Me incorporo y paso detrás del chico que está junto a Derry y Key empujandolo "por accidente" con el hombro.
El chico cae sobre Key derramandole la bebida. Me alejo de la escena justo cuando Key le devuelve el empujón. El arco de luces led comienza a parpadear en la entrada de la sala. Es la hora del “baño cóctel”. Un evento importante en las fiestas que no tengo idea de quién invento. Se tiran casi 4 litros de cerveza y alcohol sobre la persona que pase cuando las luces dejen de parpadear. En ese momento la persona que quede debajo tendrá que recibir toda la cerveza en su cuerpo para después tomar de una botella de tequila directo de la boquilla. Una vez le dieron de tomar la bebida entera a un chico de primero, la casa terminó vomitada y llena de risas de humillación.
Evito esa zona, lo último que quiero es bañarme de cerveza y acabar inconsciente en el centro de la casa.
Esta noche probaré una nueva habilidad.
¿Has escuchado hablar de un efecto provocado por la creencia contagiosa de un suceso o comportamiento?. La parte superior de la sala, la que está ubicada en el balcón, se va a convertir en una pelea en masa. La inferior...tengo dos opciones: se van a desmayar todos o van a comenzar a salir desesperados de la casa creyendo que alguien tiene un arma.
Para predecir el futuro primero debes plantar una semilla con una intención y esperar a que germine, no va a ser exactamente como lo esperas, pero al menos tu teoría será aproximada.
Me dirijo a las escaleras observando con atención. Veo a Frannie, una chica asintomática, se dice que tiene epilepsia y por eso se desmaya cuando menos te lo esperas. Se que es mentira, el patrón se repite en su comportamiento forzado. Casualmente sus ataques la han salvado en exposiciones grupales, y de salir mal parada cuando le fue infiel a su novia.Y no lo digo solo yo, escuche decir al consejero escolar que tiene una salud perfecta, lo cual también está en duda…Frannie me recuerda tanto a Eddie de ESO, siempre tiene enfermedades, usa la que mejor le convenga. Muy astuta Frannie.
Frannie permanece agarrada del barandal con los guantes puestos para evitar tocar gérmenes, incluso trajo su famoso vaso térmico para no tomar del plástico que dan en la fiesta.
Usar a Frannie de cebo no funcionaría, todos aquí saben de sus enfermedades falsas, pero fingen que le creen por lastima. Del otro lado de la escalera veo a Edgar, un chico tímido, que por alguna razón esta vez decidió asistir a la fiesta. Debe ser una señal del universo que no pienso ignorar. Paso junto a una mesita de bebidas y bebo un pequeño sorbo. Hago una mueca, tal como esperaba, la bebida está alterada con algo mucho más fuerte, no me sorprendería que tuviera droga adentro. Edgar está recargado en el barandal viendo a los chicos que pasan debajo del arco de luces. Todos están expectantes por ver quien recibirá el baño.
En el último escalón me inclino hacia adelante, y me sostengo del brazo de Edgar para llamar su atención. Él me devuelve la mirada sorprendido.
—¿Estás bien?—pregunta con los ojos en extremo abiertos
—Si, es solo que me estoy empezando a marear.
—¿Cuánto has bebido?¿Te sientes...borracha?
—No—comienzo a negar con la cabeza—Es solo que...—suspiro, miro el contenido del vaso— Es extraño...juraría que...—me incorporo y sonrio—Olvidalo.
Estoy por darme la vuelta e irme cuando Edgar se despega del barandal y se acerca a mí.
—¿Jurarias que...?¿Que es lo que ibas a decirme?
—No se si deba decir esto...
Miro a los lados por si alguien nos está escuchando. Edgar me imita curioso.
—¿Qué sucede?¿Tiene que ver con la bebida...?
Suspiro pesado y lo miro a los ojos, entonces me acerco aún más y le susurro.
—Creo que le pusieron "Bruna" a todas las bebidas.
—¿Bruna?¿Qué es…?
Una palabra que acabo de inventar.
—Escuche decir a Key que le pondrían Bruna a los vasos para ver cómo reaccionaba la gente—me quedo mirando su vaso fijamente y él lo capta. Su cuerpo se tensa.
—No te ves muy bien Edgar—afirmo—¿Te sientes bien?
—¿Qué tengo?
—Te están empezando a salir ronchas en la cara, es el primer efecto de la Bruna.
Edgar se palpa la cara y deja su vaso en el barandal.
—¿Y-y cual es el segundo efecto?
—El miedo—musito sería.
Edgar traga saliva, rascándose el rostro. La fiesta continua alrededor, las luces siguen parpadeando. Una sonrisa está por surcar mi rostro, hasta que siento una mirada pesada sobre mi a la distancia. La silueta se mueve rápido antes de que pueda captar su rostro. Frunzo el ceño y me recompongo.
—¿Tienes miedo Edgar?
—No lo se...solo siento escalofríos
—Justo el síntoma que causa el miedo. El tercer síntoma es la visión borrosa.
En ese momento palpo el bolsillo de mi pantalón y saco el pequeño control de las luces del techo.
Presiono el botón de arriba y el efecto estroboscópico comienza un baile de colores.
Los chicos vitorean, la música cambia a una más movida, Edgar parpadea varias veces, trastabilla retrocediendo y busca con la mirada a alguien. Seguramente a alguien para esparcir el rumor. La semilla está plantada.
Avanzo un poco más hacia la sala y me detengo de golpe. Unos ojos me miran en un extremo de la sala junto a la pared, veo la silueta de una chica cruzada de brazos. La piel se me eriza en esa dirección, tengo...el presentimiento de que la he visto alguna vez. De que la conozco como si fuera...
La silueta sale de la oscuridad y la respiración se me corta. Escucho ruido en la parte de arriba, varios chicos bajan de la escalera. Me empujan de un lado a otro, arrastrándome con la marea de descontrol. Alguien me derrama cerveza en la camisa. Busco el control de luces al mismo tiempo que trato de no caerme por los empujones. El control se me resbala, me agacho para buscarlo y termino cayendo, alguien me pisa los dedos. Siseo de dolor y me levanto.
“The Revenge” de Joey Bada$$ retumba en toda la casa, al mismo tiempo que se escuchan gritos, y cosas cayendo. Levanto la vista, en el balcon varios chicos se están golpeando. Entonces todos salen corriendo a los costados y sin darme cuenta alguien me empuja.
Las luces led han dejado de parpadear y yo estoy debajo del arco. Varios ojos me miran maliciosos. No tengo tiempo de huir. Alguien del segundo piso tira de la cuerda y la cerveza cae sobre mi, me cubro la cara por reacción. Al abrirlos los chicos del equipo de fútbol me rodean, termino sentada en una silla que levantan y colocan al centro de la sala quitándole toda la atención a Danika y su baile sensual. Traen la botella. Maldita sea.
Estoy observando el balcón infestado de desastre, violencia y sangre. Una silueta camina entre los chicos que se están azotando contra las mesas. La boquilla del tequila termina en mi boca, bebo sin quitar la mirada de la silueta. La garganta me arde, alejo la botella y me sostengo de la silla comenzando a sentirme pesada.
En la planta inferior veo a varias personas murmurar preocupados. Edgar corre por la sala y se desploma, la segunda en caer es Frannie. La gente comienza a huir, algunas se tropiezan, otras terminan en el suelo. El chico que está por ponerme la boquilla de la botella en la boca se detiene. La atención recae en el desastre de mis habilidades.
Me levanto de la silla y me mareo. A la distancia la silueta se recarga en el barandal en el centro del balcón. Sus ojos...brillan de un rojo intenso. El alcohol nunca me ha sentado bien, debe ser un efecto de las luces, pero entonces la chica del balcón sonríe, me saluda con el vaso en la mano y bebe un sorbo.
Y lo que veo me parece tan real que no creo que sea ningún efecto del alcohol.
¿Cómo es posible que esa chica tenga mi cabello, mis ojos, mi boca…?¿Cómo puedo estar ahí y aquí al mismo tiempo?
Alguien mueve la silla y caigo de bruces contra el suelo. Lo último que veo es el techo brillante de luces que marean, que causan histeria colectiva.
Ahora lo sabes. Todos tenemos habilidades especiales que debes tener cuidado de usar.
Los ojos me pesan, alguien me pisa, pero para ese entonces ya no importa. Entro en un estado de seminconsciencia. Y sueño con los ojos. Sueño conmigo misma.

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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EL MONSTRUO DE LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora