Capítulo 4.

4 0 0
                                    


¡No puede ser! ¿como pude olvidar esa cita?

Me levanté de la cama casi corriendo, me fije en la hora y ya eran casi las siete, mi cita era a las nueve, hice lo de cada día solo que a una velocidad x2 y solo pude aplicarme un poco de hidratante con color en mis labios y ¿porque no? también en mis mejillas y a eso llamaba ser práctica.

Coloque una diadema para quitar el desordenado flequillo que tenía, me coloque una camisilla negra, por encima una camisa blanca con estrellitas abierta, Jean bota ancha y unos zapatos deportivos con un poco de plataforma, pues estaba serenando como últimamente sucedía ya que estábamos en temporada de lluvia y sabía que necesitaría pasar algunos charcos, así que tomé un taxi y fui a mi cita odontologica, mientras esperaba escuchaba un poco de música, Guns N' Roses inundó mis oídos con Sweet, hasta que el celular vibró y mi corazón se agitó.

—¡Hola, buenos días... hada chalada!—suspiré inconscientemente.

—¡Basta! ¡deja de comportarte como una adolescente!—me regañe en voz baja y la señora que tenía al lado me observó con curiosidad de pie cabeza.

¡Lo que me faltaba! Que ahora pensara que estaba loca... Observó mi celular y me incline para que no viera lo que escribía. ¡Chismosa!

—Buenos días, Duende...

—¿Cómo estas? ¿como amaneces?

—Con mucho frío, parece que quiere llover fuerte... creo que al salir de aquí tendré que refugiarme de la lluvia.

—¿Estás aun en casa?

—No, estoy en una cita... en la avenida 15, cerca del museo.

—¿¡En serio estas ahí!?

—Si, claro... ¿Porqué?

—Trabajo a dos cuadra más arriba.

—¡Oh, vaya! Super...

—Hagamos algo... si se hacen las doce y aun no has salido por la lluvia, me gustaría invitarte almorzar.

Desde la última vez que habíamos hablado confesando qué me gustaba no habíamos vuelto a tocar el tema, y quizás era mejor asi, ya que no que quería perder a un amigo, no quería echarlo a perder.

—Me parece buena idea... además que ya empezó a llover y el precario sistema de la clinica parece haber colapsado... ¡Qué suerte!

—Pobre... pero no te preocupes yo iré por ti.

—Si, estaría encantada de verte.

—Creeme hada... yo más.—Mi corazón se agitó y suspire un par de veces. ¡Todo irá bien, todo irá bien! trate de convencerme.

Estaba ansiosa jalando las horaa hasta que al final se hicieron las doce, no había dejado de llover y me entretuve escuchando música mientras divagaba en mi mente sin darme cuenta que sonreía todo el tiempo, sino hasta que sentia el rostro tenso y tocaba mis mejillas, parecía una estúpida adolescente.

¡Controlate! Entre más se acercaba la hora mi inquietud se notaba más, corrí al espejo del baño cuando el celular vibró y me aplique más hidrante en los labios dejándolo rosados y descolgue la llamada.

—¿Hola?

Estoy afuera, estoy esperándote en el taxi, te envio la placa—después de echarme un último vistazo asentí mi misma.

—¡Comportate!—me advertí de nuevo.

—Ya voy.

Mientras más me acercaba mi corazón más se agitaba hasta que llegue a él y simplemente trague saliva pues el sueño del dia anterior se reprocujo en mi mente como un vil saboteador y sentí mis mejillas arder.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Efímero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora