Parte 4

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Seokjin ahora tenia siete meses, era hermoso ver como ahora su gran vientre había crecido tanto y el médico les decía que aún faltaba lo último en el tiempo restante, vivir esta nueva etapa lo hacía sentir tan feliz, se habían mudado a su casa por fin ya que ambos pensaban que era lo mejor estar en unión solo los dos, al principio Seokjin se había negado ya que su nido estaba en la antigua recámara, lloro un poco pero añorar su casa y tener privacidad en pareja hizo que el cambio fuera mejor, sus cursos habían seguido y todo iba de lo mejor por que ahora su esposo tenía cuatro amigos omega con los que convivían muy a menudo, justo ese día los esperaban para desayunar junto a sus alfas, Jungkook se levantó más temprano para revisar que todo estuviera en orden, había contratado a un chef para que preparara el desayuno si bien él era muy bueno cocinando sentía que no se daría a basto para la cantidad de comida que necesitaría y no se refería exactamente a los alfas si no a los omegas que ahora comían por dos, recibió al beta que les cocinaría y dejo que se instalara en la cocina, todos comenzarían a llegar a las diez así que aún era buen tiempo para que todo saliera bien, subió a su recámara para ver si su esposo ya se había despertado, últimamente dormia varias horas en el transcurso del día, lo vio ahí en medio de su gran nido y pensó que era momento para aprovechar y tomar algo de ropa para poder cambiarse, sabía que esto era una parte importante del embarazo, los nidos eran su lugar seguro de los omegas y no era la excepción para Seokjin, ahora dormir en esa cama era un poco complicado debido a todo lo que tenía ahí y a veces prefería dormir en el sillón de la habitación para sentirse más cómodo, también estaba el que poco a poco su ropa fue desapareciendo y se estaba quedando sin opciones para poder usar, después de que muchos le habían dicho que había subido de peso y aunque a su esposo parecía no importarle decidió retomar su rutina de ejercicio así como una dieta volviendo a tener su cuerpo tonificado en poco tiempo, se acercó con cuidado de no despertarlo y comenzó a jalar una camisa, estaba a poco de obtenerla cuando Seokjin abrió los ojos y detuvo la prenda a medio camino de llegar a sus manos

-¿Que haces?

-Yo...solo buscaba algo para usar, ¿puedo usar esto?

-No puedes, esta en mi nido y nada sale de aquí-Eso se había escuchado tan serio que prefirió no discutir al respecto

-Bien, pero no tengo muchas opciones para ponerme, tal vez debería ir después a comprar algo de ropa-Vio a su esposo tomar la prenda en sus manos llevándosela a su nariz para olerla-Deberías cambiarte bonito, las visitas no deben tardar en llegar

-Tengo sueño todavía-Lo dijo tallando sus ojos que se veían cansados

-Lo sé pero esta fue tu idea, ¿recuerdas?-Seokjin lo volteo a ver irritado, sus cambios de humor también era algo que tampoco entendía y solo trataba de llevar las cosas con calma para ambos, crear una vida no era algo fácil, su cuerpo había cambiado completamente, los pies hinchados, las hormonas haciendo que todo se sintiera con mas intensidad, claro que era hermoso pero también tenía ciertos momentos frustrantes

-No dormí bien por que me duele la espalda y el cachorro me patea las costillas todo el tiempo, duele-Vio como sus ojos comenzaron a aguarse y rápidamente se acercó a él

-Lo siento se que debe ser duro para ti, ya falta poco para que nazca Oruguita y verás que todo estará bien, solo dime que necesitas y lo haré por ti

-No quiero nada, solo quiero que deje de patear así, me lastima-Y ahí estaban, lágrimas comenzaron a caer por sus ahora mejillas regordetas, a veces se sentía un poco frustrado por no poder hacer nada, sabía que así era como tenía que ser pero no lo hacía menos difícil, se agachó a la altura de su abdomen para acariciar con amor su gran vientre

-Oruguita tienes que ser más amable con papi, te ama pero debes dejarlo descansar para tener fuerzas cuando llegue el gran día

-Auch, duele-Seokjin se llevó una mano a su costado, al parecer lo había pateado nuevamente-Mejor ya no hagas nada-Bien, definitivamente su esposo hoy no estaba de buen humor

Oruguita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora