Audrey's P.O.V
Fui con desdén hacia el chico que se encontraba en la puerta y le tiré las llaves del BMV por el aire pero las cogió con dificultad.
-Un rasguño y te mato ¿entendido?- le recriminé con mi dedo amenazadoramente y el asintió frenéticamente antes de dirirgirse a aparcar el coche.
Las chicas ni siquiera me habían esperado así que me adentré al B.L.U.E pudiendo notar como los chicos giraban sus cabezas para mirarme, como si fuera un maldito trozo de carne a lo que les respondí con una mirada fulminante.
La música a tal alto volumen hacía que el suelo retumbara, los haces de luces de colores se hacían eco desde fuera del recinto incitandote a que entrases para pasar una buena noche y, por supuesto, no podían faltar los laseres rojos y la bola de discoteca en el techo que reflejaba a la gente sudorosa bailando en la pista.
Seguí mi camino entre la gente hasta donde estaban las chicas.
-Gracias por esperarme, zorras- dije sentandome en el sofá junto a ellas.-Alguien se había entretenido con el aparca coches...- dijo Celine sorbiendo de su vaso mientras las demás reían.El chico era mas feo que el culo de un cerdo por lo que solté un risa fingida y le saqué el dedo mientras carcajeaban por mi reaccion.
Empecé a necesitar algo de alcohol asi que silbé hacia el barman levantando la mano para que vieniese hacia nuestra mesa.
Estaba distraída hasta que le ví acercandose, joder, Dios Adonis ¿eres tu?
Su pelo cobrizo caía un poco hacia un lado en el intento de no tocar su cara, su tez bronceada y esos tatuajes al rededor de sus brazos trabajados, relucían entre las luces del lugar pero no tanto como esos ojos.Y por Dios que ojos, ese color miel que resaltaba sus rasgos, entre ellos, esa delineada mandibula.
-Dime guapa, ¿que quieres?- dijo sacando su pequeña libretita del bolsillo trasero de su pantalón y Dios... que trasero.
-A ti-susurré lo suficientemente alto como para que solo lo escuchase él.
-Aunque, bueno, si es mucho pedir pues entonces elijo un Brandy-dije mandandole un guiño, el solo rió desviando la mirada.-Marchando- dijo despidiendose con una sonrisa infalible, esa sonrisa mojabragas que tiene la mayoría de los chicos pero este, a diferencia de los demás, consiguió el proposito conmigo.
Cuando ya se estaba alejando las chicas gritaron un ligero -uuuuh- a mi al rededor y rieron en conjunto sin antes murmurar cosas como "Audrey la reina del ligoteo ha llegado" pero yo estaba demasiado concentrada mirando su andar hacia la barra.
Me giré para encararlas y me las encontré siguiendoles con la misma mirada con la que le había seguido yo.
-Os recuerdo que esa sonrisa me la ha echado a mi, fieras, asi que os vais alejando- dije, soplé mis uñas y me sacudí el hombro con ellas en indicación de broma y todas soltaron un bufido.
-¡Que empiece la fiestaaa!-gritó Roxan con enfasis y arrastró a todas a la pista mientras yo me quedaba tendida en el sofá, sola.
Alargué el brazo hacia el bolsillo de la chaqueta y saqué un cigarrillo junto con el encededor.
A la primera calada el estrés bajo de mis hombros hasta disiparse completamente.
A lo lejos vi como alguien se acercaba hacia mi, hasta que me dí cuenta de que era aquel chico, el barman.
-Aquí tienes- me tendió la bebida en la mesa -Gracias, guapo- le guiñé un ojo pero el solo sonrió y se fue.
Espera, se fue? Ni un elogio? Ni siquiera me respondio el cumplido!? Le miré alejandose y la ira empezó a hervir en mi sangre.Será estúpido, él se lo pierde.
Bebí de un trago todo el vaso notando como me iba quemando la garganta.Lo posé en la mesa de un fuerte golpe y me levanté dirigiendome hacia la pista.No pensaba quedarme quieta con esto, nadie y repito NADIE rechaza a Audrey Rose Burnie de una manera tan descarada.
_______________Después de aquel Brandy todo fue creciendo, ya había perdido la cuenta de cuantas copas había bebido, ni siquiera me acordaba de qué las había pedido, pero debió de ser algo bastante fuerte.
Las chicas habían decidido irse hacia las tres y media de la madrugada pero para mi "yo" borracha era demasiado temprano, el club cerraba a las seis, todavía había tiempo.
Eran sobre las cinco y estaba bailando sola en la pista cuando de un momento a otro me entró una sed imperial, por lo que de nuevo me acerqué a la barra por entre las personas.
-Hola señorita, otra?- esta vez me hablaba un hombre cuarentón, no era el mismo barman de antes, creo que se había ido, después de todo que más da? Era idiota.
Asentí levemente hacia él, sentandome en un taburete y esperando a que me trajese la bebida.
Minutos después siento el golpé del culo del vaso al lado de mi
-Ahi tiene-Justo cuando iba a poner una mano sobre mi bebida, otra pequeña mano la saco de mi alcance -Que coño te crees que estas haciendo?- escupí hacia la chica que me miraba con superioridad
-Y tu que crees? Beber - su actitud me atravesó y junto con el acohol mi adrenalina subió cual termometro en verano.
-Esa es mi maldita bebida, así que o jodidamente la dejas donde estaba o te arranco la garganta- mi forma de hablar le impacto pero era lo que menos me importaba en ese instante.
-Estas en tu puto sano juicio? Yo he pedido esta bebida, idiota-
Había cometido el peor error de toda su vida.
Me avalancé sobre ella tirandonos a las dos al suelo, agarre su cuello con firmeza pero sin apretar, no quería matarla, por lo menos no allí.
Ella intentaba zafarse de mi agarre arañandome con fuerza-De quien es la bebida?- pregunté con arrogancia y determinación.
-Mía- susurró.
El acohol se me subió a la cabeza como una flecha y empecé a propinar puñetazos a diestro y siniestro por toda su cara.Pero pronto fui alejada, unos fuertes brazos me rodearon y tiraron de mi hacia la parte de atrás del club.
Mi vista se fue nublando, me sentía mareada como una mierda.Rapidamente perdí el conocimiento.
___________Holaaaa a todasss!! Bienvenidas a mi historia, espero de verdad que os guste mucho.
Un besazo a todas y muchas gracias por leer 😘

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American Oxygen
FanfictionLa historia de una joven llamada Audrey Rose Burnie, varias circunstancias en su vida le hicieron tomar decisiones descontroladas de las cuales más tarde no pudo deshacerse. Pero sin ese descontrol quizás nunca hubiese conocido a Jason McCann.