Narrador Omnisciente
Juanjo entró en la cafetería, cansado después de un largo día de ensayos. El aroma a café recién hecho lo envolvió y, por un instante, todo su estrés pareció desvanecerse. Se dirigió hacia el mostrador para pedir su habitual capuchino, pero justo antes de hablar, su mirada se quedó atrapada en algo —o mejor dicho, en alguien— al fondo del local.
Ahí estaba él, sentado en una mesa junto a la ventana, con un libro en las manos. Tenía un aire despreocupado, una camiseta blanca ajustada que dejaba ver sus fuertes brazos, un bigote perfectamente recortado y un pendiente en la oreja izquierda que brillaba bajo la luz del sol que entraba por la ventana. Juanjo sintió un vuelco en el corazón. Nunca antes había sentido algo así por alguien. No podía dejar de mirarlo.
— ¿Qué te pongo? — la voz de la barista lo sacó de su trance.
— Ah...un capuchino, por favor — respondió, todavía con la imagen de ese chico en su mente.
Mientras esperaba su café, sus ojos volvieron a buscarlo. Observó cómo pasaba las páginas del libro con una calma y concentración que lo hipnotizaban. Cada pequeño gesto, desde cómo se llevaba la taza a los labios hasta cómo se acomodaba en la silla, parecía tener un encanto propio. Juanjo se dio cuenta de que sus relaciones pasadas no habían funcionado porque su cuerpo y su mente estaban esperando este momento, esperando a ese chico con bigote y pendiente que, hace unos meses, no habría creído que captaría su atención de esa manera.
Juanjo siempre había pensado que su tipo eran las chicas o, en el caso de los chicos, los de estilo más clásico y pijo. Nada de eso se parecía a él, y eso era lo que más lo sorprendía. Había algo en él que lo atraía irremediablemente, algo que lo obligaba a observar cada detalle, cada movimiento.
— Tu capuchino — dijo la barista, dejándolo en el mostrador.
Juanjo pagó y tomó su café, buscando un lugar desde donde pudiera seguir mirándolo sin parecer demasiado evidente. Se sentó en una mesa cercana y se permitió seguir admirándolo. Notó la línea de su mandíbula, la curva de sus labios cuando sonreía levemente al leer algo en su libro. Los escasos y pequeños tatuajes en sus brazos contaban historias que Juanjo deseaba descubrir.
De repente, el chico levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Juanjo. El corazón de Juanjo dio un brinco. Por un instante, se sintió descubierto, pero en lugar de apartar la mirada, le sonrió y se levantó de su asiento. Juanjo apenas podía creerlo, cada paso que daba hacia él parecía resonar en su pecho.
— Hola, te he visto mirándome desde que llegaste — dijo, con una sonrisa amigable —. Soy Martin.
— Ho...hola, soy Juanjo — respondió, intentando que su voz no temblara demasiado.
— Encantado, Juanjo. ¿Te importa si me siento contigo?
— Claro, por supuesto — dijo, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.
Martin se sentó frente a él y, por primera vez, Juanjo pudo ver de cerca esos ojos que tanto lo habían cautivado. Eran de un color verde intenso, llenos de vida y curiosidad. En ese momento, todo lo demás desapareció. Juanjo sabía que este encuentro cambiaría su vida. Sin saberlo, había estado esperando a Martin, y ahora que estaba allí, frente a él, todo cobraba sentido.
— ¿Qué lees? — preguntó Juanjo, tratando de iniciar una conversación.
— Oh, es un libro de poesía. Me gusta leer en mis ratos libres — respondió Martin, pasándole el libro para que lo viera.
Juanjo lo tomó y leyó el título. Sintió una conexión inmediata no solo con el libro, sino con todo lo que Martin representaba. Mientras hablaban, se fue dando cuenta de más detalles: la forma en que Martin gesticulaba con las manos, su risa contagiosa, y la manera en que sus ojos brillaban cuando hablaba de algo que le apasionaba.
Martin y Juanjo siguieron conversando durante horas, y cuanto más hablaban, más sentía Juanjo que había encontrado a alguien especial, ese alguien que había estado buscando sin siquiera saberlo. En ese momento, entendió que, a veces, el amor llega cuando menos lo esperas y de la forma más inesperada.
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Historias Por Contar
RomanceEn la inmensidad de las historias, hay relatos breves que capturan la esencia de un amor profundo. Juanjo y Martin, dos almas que se encontraron y se enamoraron, son los protagonistas de estos one shots. A través de momentos fugaces y detalles íntim...