Capitulo 12.

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Shoto tenía ciertos pilares rotos en su vida, pilares que temblaban y lograban lanzarlo contra el suelo si llegaba a tener fisuras de nuevo, uno de esos pilares quebradizos era su abuela.

Esa mujer era la total representación de los que era el infierno para un omega, la critica, el odio, los prejuicios, las exigencias, esa mujer era una clara muestra de porque los omegas tenían que pedir permiso hasta por respirar.

Ella era la principal razón de que jamás le pidió ayuda a su familia cuando sintió que iba a morir de su propia ansiedad, no era normal verla pero cuando lo hacía siempre lograba hacer que el menor de los Todoroki despertará emociones abrasivas que no lograba controlar.

No tardo ni media hora dando vueltas entre su cama sin parar, no lo soporto más se puso ropa más disimulada, oscura y un abrigo que pudiera cubrir sus rasgos tan característicos, abrió la ventana de su cuarto y salto sin dudarlo pero con cuidado de ser escuchado, salió por el jardín trasero y corrió tan lejos como pudo tratando de tomar un respiro diferente, para cuando se dio cuenta freno donde siempre, el mismo lugar donde cada que tenía un ataque de ansiedad su cuerpo pedía llegar.

El cementerio municipal, entró con la mandibula temblando por la ansiedad y con los pulmones doliendo por su respiración agitada, el lugar estaba solitario como siempre, a los lejos podía ver a una familia enterrando a un familiar y sintió su corazón estrujar recordando el sentimiento de enterrar a un ser querido. 

Camino durando bastante tiempo hasta el fondo de ese cementerio, cerca de la fosa común y entre las lapidas viejas que sin duda tenían tantos años de existir que la familia completa debía estar muerta también.

Hasta que llegó donde su cuerpo lo guio. 

Frente a él estaba una lápida pequeña, de mármol y sin nombre, no quedaba nada de las flores que trajo la última vez y se sintió culpable de no haber traído nada esta vez.

Se dejo caer en el suelo y se abrazó las piernas tratando de apagar la molestia en su corazón, siempre que sentía que estaba avanzando en la vida había algo que le demostraba que iba a seguir siendo golpeado por su incapacidad emocional que la gente solía llamar trauma. 

Luego de unos minutos llorando al lado de la lápida y empezar a sentir su corazón más tranquilo, se hinco y empezó a dar una oración para despedirse adecuadamente

- Ha sido difícil volvernos a encontrar -Shoto sintió un frio recorrerle la columna similar a un cuchillo rozándole cada hueso de la columna. 

Pronto se levanto con las piernas temblorosas y miró con odio al hombre frente a él.

- Desgraciado, ¿desde cuándo...?

- Ay cariño, llevas tiempo si verme y lo primero que dices es eso, me lastimas.

Shoto sentía que iba a morir, su corazón se agitaba con una violencia que lo hacía temblar y eso hacía reír a el hombre frente a él.

- ¿Cuándo saliste de prisión?

- ¿De prisión? -pregunta el hombre y pronto suelta una carcajada de burla-. ¿De verdad crees que tu padre iba a encerrarme, por nada?

El omega tembló al darse cuenta de su realidad, siempre lo sospecho pero ahora estaba decepcionado de saber que su padre no le paso ni por la cabeza protegerlo adecuadamente de quien le hizo daño.

Se dio la vuelta y empezó a correr rápidamente tratando de encontrar la salida del comentario, la ansiedad le estaba nublando la vista y combinado al lugar que parecía un cementerio solo chocaba con una y otra pared.

Escuchaba los pasos siguiendolo hasta que se detuvieron y empezó a escuchar golpes, se volteó atrapado en una pared tratando de concentrarse, al darse la vuelta se encontró con Katsuki golpeando a él hombre que lo seguía.

Mi niñero es un problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora