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Sentia miedo y muchos nervios por lo que estaba por acontecer, por hacer algo que iba en contra de cada uno de los valores que sus padres inculcaron en él y de la educación que recibía día a día pero de no hacerlo, la única oportunidad que tenia de cambiar su situacion dejaria de existir.

Esta era la unica forma que tenia de que sus padres dejaran de molestarlo día a día y de que por fin dejara de ser la burla de todos en el pueblo.  

La verguenza para su familia y el constante centro de atención de las peleas y conflictos que había en su hogar, incluso su propio hermano lo culpaba por todo lo malo que le sucedia. 

Él era el único culpable de todas y cada una de las cosas malas que sucedian en su hogar y no habia día en que dejara de ser y sentirse de esa manera. 

Pero hoy, pensaba, todo iba a cambiar. Hoy sería diferente, según lo planeado.

Su plan estaba meticulosamente diseñado y, en teoría, nada podría fallar.

Con manos temblorosas, escondió el pequeño frasco de cristal debajo de las esponjosas mangas blancas de encaje, tratando de que nadie notara lo que había hecho momentos antes con una de las copas. 

Su paranoia aumentó al sentir la mirada de uno de los camareros fija en él. Aunque sabía que era común el verlo merodeando por allí en algunas ocasiones, pero en ese momento, esa mirada en particular le resultaba inquietante, como si estuviera al tanto de lo que hizo.

 Él solía servir tragos con regularidad durante el día, a pesar de las numerosas veces que su padre le prohibio entrar a ese lugar. De todos los negocios que su padre tenía, la cantina era el único sitio en el que sentía que tenía un propósito, el único lugar donde su hermano no sobresalía, ya que nunca se aventuraba allí.

Se preguntaba por qué alguien tan refinado y educado como su hermano se aventuraría a pisar un lugar tan sucio y maloliente.

¿Por qué alguien con su clase, dulzura y educación querría estar en un lugar lleno de alcohol y borrachos?

Quizás esa era la raíz de la diferencia con su hermano, y la razón por la que lo culpaban de todos los problemas. La brecha entre él y su hermano era tan vasta que no requería comparación para evidenciar sus diferencias y carencias. De ser la oveja negra que opacaba la grandeza y estatus de su perfecta y acomodada familia. 

Con un gesto sutil, hizo un movimiento hacia el cantinero, indicándole que entregara las bebidas a las dos personas al final de la barra.

Nervioso y con el corazón latiéndole con fuerza contra el pecho, se alejó de la barra, permitiendo que el sirviente continuara con su tarea. Sabía que el momento crucial se acercaba y que no podía permitirse cometer errores.

No debía haber ningún error en su plan.

Si llegaba a fallar, no tendría más oportunidades de encontrar un esposo. Un esposo digno, tal como sus padres siempre habían querido para él: rico, de alto estatus y con poder, incluso inalcanzable para su querido hermano.

Desconoce sus actos y se desconoce asi mismo pero no tiene tiempo para lamentarse, no ahora que le quedan pocos segundos para el momento más decisivo de su vida aunque las críticas y los juicios se vuelvan, a raiz de esto, cada vez más intensos, pero se recuerda que nadie en el pueblo tiene el derecho de recriminarle sus decisiones y acciones.

 Nadie dentro de la comunidad puede realmente juzgarlo, ya que ninguno de ellos tiene la conciencia limpia para hacerlo. 

El pueblo siempre había sido un lugar tranquilo. En sus recuerdos, antes de la llegada de esos dos hombres, todo era sereno y apacible. Las festividades eran calmadas y alegres, nada comparado con la vida tumultuosa que comenzó después de que esos dos alfas se instalaran en la comunidad.

" RAMÉ" ♤YOONTAE♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora