Capítulo 1: ' Finalmente en Casa'

68 6 2
                                    

Seto

Por fin, matamos al último soldado, el grito de victoria se escuchó en todos lados y después de que nuestro comandante se asegurara de que todo estuviera bien, y después pudimos irnos a casa, todos estaban hablando de volver con sus parejas, casi todos estaban tan felices, pero yo no, algunos me dijeron que ánimo, que ya llegaría esa persona especial.... si... mi caso no es como el de todos estos tontos, el mío es complicado... y todo por una promesa que no se ha podido cumplir... pero algún día. Cuando todos estaban hablando de Yami me impresioné un poco y me enteré de cosas, no sabía que él se había casado con un chico que es una sacerdotisa, los que ocupan ese cargo suelen ser muy malos con los hombres, incluso si eres un chico en eso, terminas siendo más serio y despreciable con los de tu propio género, pero cuando Yami llegó todos se quedaron callados.

Desde que Yami llegó, nos ha ido bien como samuráis, él es un buen líder, lo único malo que a la vez es un beneficio, y estoy hablando de que es violento, a nosotros nos trata normal porque así debe ser, pero hubo dos ocasiones... un chico se burló de Yami cuando estaba empezando a ser capitán, y murió porque lo usó como cebo para los enemigos, y la otra ocasión... otro soldado se burló de l apareja de Yami porque es un chico que es sacerdotisa... se desapareció... en serio nunca supimos que pasó con él, y jamás preguntamos, no somos idiotas.

Seto: Yami, ¿estás feliz porque vamos a regresar a casa?- yo vivo en la misma aldea que él, pero no cerca de su casa, él como tiene un rango más alto, él tiene la casa encima de la montaña.

Yami: Si, me vendría bien un descanso, además a mi esposo le va a encantar verme.

Yami

Apenas Seto tomó su camino, llegué a casa y no escuchaba a nadie, debe ser que Yugi está por el pueblo ayudando a los aldeanos, pensé en bajar a buscarlo, pero me di cuenta de que debo bañarme y no portar una armadura como si fuera a matar a los habitantes, así que no.

Después de estar decente, bajé a mirar donde estaba Yugi, algunos niños me saludaban y yo solo los saludaba con la mano, yo no tengo tan buen contacto con los niños, y Yugi es muy opuesto a mí, él los ama, aunque eso no signifique que cuando tengamos hijos sea igual, le preguntaba a varias personas, pero nadie sabía, algunos pensaron que estaba con las cultivadoras, pero ya no estaba ahí cuando llegué, y ellas me dijeron que no sabían donde estaba... maldición.

Mai: ¿Yami?, me alegra que hayas regresado- me alivié, Mai es la chica que "dirige" la aldea, aunque más bien, es como la consejera de todos, aquí nadie tiene gobernante, y me alegro por eso- ¿esa cara de cansado?

Yami: Llevo buscando a mi esposo por toda la aldea y no lo encuentro- se río y yo solo volteé los ojos, a veces no puedo creer como Yugi los puede querer a todos.

Mai: Ya sabes como es él, y sabes que los niños siempre le dan flores, por algo es muy querido entre todos- suspiré, justo con lo que no es mi punto fuerte- cálmate, los niños también te adoran, ¿quién crees que es la inspiración de ellos para volverse guerreros?

Yami: Por lo menos hago algo bien para ellos, yo nunca me he visto así la verdad- por lo menos me hace sentir mejor conmigo mismo, inspiro a alguien a proteger a los demás.

Mai: Yugi está en el campo de flores.

Yugi

Del templo, la sacerdotisa madre me pidió que llevara flores para las chicas nuevas, yo también vengo de ese lugar, es muy divertido y aprendes muchas cosas, aunque la parte que más me gustaba era cuando nos enseñaban a usar armas, y lo que menos me gustaba era cuando nos tocaba agradecer a las deidades, a mí nunca me gustó quedarme quieto sin hacer nada, los hechizos de protección y ese tipo de cosas me fascinaba.

De la nada unas niñas se me acercaron y empezaron a darme flores, siempre me las colocaba en el cabello porque no tengo donde guardarlos, una de ellas me dijo que alguien había regresado, no me dijo quien, pero me iba a poner muy feliz, honestamente no sé quién es, pero bueno, terminé de recoger más flores, me puse de pie...

Yami: ¿Sabes que eres más hermoso que ese montón de flores, no?- alcé la cabeza y corrí a abrazarlo- por fin te encontré- me reí- ¿te falta mucho?

Yugi: Solo tengo que entregar esto, ¿me acompañas?- asintió.

Llegamos al santuario, me recibieron las flores y cerraron rápido la entrada al santuario, me reí, es verdad, ellas son muy... insensibles con los hombres, por decirlo así, regresamos a casa, y apenas me cambié por una Yukata simple, Yami me abrazó por atrás , yo me volteé y besé sus labios, me alegra que estés en casa.

Hasta el próximo capítulo....

Honor y FlechasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora