Joey
Después de que nos dieran más datos de como derrotar a ese parásito, a costa de los demás, nos estamos regresando a la aldea, nos tocó pasar la noche cerca de un árbol grande, otra vez, después de que fuera a cazar, y regresara con más fruta, me senté con los demás y empezamos a hablar de muchas cosas.
Seto: Joey, tengo una pregunta- lo miré- ¿desde cuando conoces a Yugi?
Joey: Desde que era muy pequeño- todos me miraron y yo me acomodé, el rato de las historias ha llegado el momento de las historias- yo conocí al abuelo de Yugi, le salvé la vida... porque sí, es decir, me dio por mirar que pasaba y terminé salvándole la vida, entonces él me pidió ser el protector de su familia, después de todo no puedo morir, así que acepté, vi crecer a la mamá de Yugi, y después a él.
Yugi: Joey, ¿tu sabes qué pasó con mamá?
Joey: Sabía que en algún momento tenía que decirte eso, Yugi, antes de que tu nacieras, tu madre tenía un potencial para luchar igualito al tuyo, el problema era su esposo, ella seguía luchando, incluso cuando tu estabas creciendo en su vientre, a tu padre nunca le agradó eso, y la maldijo, que algo malo iba a pasarte a tí y a ella, lo que me causó gracia de eso, es que al día siguiente él murió primero.
Yami: ¿Qué le pasó?
Joey: Lo aplastó una roca gigante- se quedó callado- tu madre me buscó y la ayudaba cuando ella quería, a veces era terca para aceptar ayuda, y cuando Yugi nació las cosas iban bien, pero... cuando a Yugi lo metieron al templo, ella fue a una misión, no sé cual era o a qué se enfrentaba, pero cuando no regresó y Yugi debía regresar a casa, sabía que no lo había logrado, así que le informé a la sacerdotisa madre y entre ella y yo criamos a Yugi, no quería que Yugi terminara como ella, así que además del entrenamiento que recibía en el templo, lo entrené para ser más fuerte, que no sea débil al momento de empuñar una espada o atravesar a alguien con una flecha.
Seto
Mai: ¿Y tú alguna vez te enamoraste?- Joey agachó la mirada... esta es mi oportunidad de saber.
Joey: Si, pero no es... feliz- miró al piso- estaba caminando en el bosque, era de noche y me encontré un niño... estaba perdido y necesitaba ayuda para volver a casa, lo ayudé y no fue fácil, intentaron comérselo tres veces, al parecer era un alimento perfecto para los demonios, pero no los dejé, cuando estábamos a la entrada de la aldea, el niño me pidió algo peculiar... me dijo que cuando él creciera, quería que yo fuera su esposa- sonrió- hice esa promesa con él, pero después de dejar al chico... un demonio me atacó, logré ganar, pero con uno de sus golpes, no recuerdo como lucía el niño, no recuerdo como es su apariencia... y no puedo enamorarme de él... si no recuerdo como luce- así que es por eso que no me reconociste, no recuerdas como luzco porque lo olvidaste.
Yugi: ¿De verdad no recuerdas algo... ni el color de sus ojos?- negó con la cabeza.
Joey: Eso siempre me pone triste, no pude cumplir una promesa por no recordar como es... puedo tenerlo frente a mí, y nunca me daría cuenta- pues si está pasando en este momento, pero es mejor no decirle ahora, ya le diré en otra ocasión- de todas formas, el niño ya debe ser un adulto, y como no salgo mucho... es mejor que me haya olvidado.
Yugi
Ahora entiendo varias cosas, aunque espero que después de esto, se sienta mejor, me quedé al lado de él un rato más, y cuando fuimos a dormir, me aseguré de que en serio se quedara dormido, algunas cosas que agarré de él fueron como el esperar a que todos se duerman para poder pensar bien en algunas cosas.
Al día siguiente...
Apenas llegamos, las cosas estaban tranquilas, el camino negro había disminuido bastante, Yami me tomó de los hombros y regresamos a casa, Joey se quedó conmigo un rato más, y cuando Yami estaba en otro lado de la casa.
Joey: Admito que las cosas se ven mejor, pero no me voy a confiar, voy a buscar, y te avisaré cuando algo suceda, ¿de acuerdo?- asentí y él se fue, espero que esa cosa se haya muerto ya, o tendré que matar con mis propias manos, aunque ahora que lo pienso... sería la primera vez que mate a un demonio.
Yami: Yugi, ¿puedes ayudarme con esto, por favor?- fui y lo ayudé a poner el té, como Yami casi siempre está fuera de casa, le cuesta a veces hacer cosas tan simples.... pero me imagino que al ser un samurái eso es normal, creo- amor, ahora que sé tu historia con Joey, quero saber en qué momento te dieron esa espada purificadora- me reí.
Yugi: ¿De verdad lo quieres saber?- asintió y se sentó, de acuerdo niño, te diré.
Hasta el próximo capítulo....
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Honor y Flechas
Fiksi PenggemarNunca me di cuenta de que nuestros trabajos eran más parecidos de lo que parecían, mi esposo Yugi, yo que siempre te creí frágil, cuando en realidad escondías algo más, aunque debí darme cuenta por lo que fue tu mamá... siempre voy a estar orgulloso...