Mi Coronel

1ra sesión.

Jueves 16 de Junio.
Paciente: Louis W. Tomlinson, a cargo del Doctor: Liam Payne.

No creo que imagines lo tímido que era Harry.

Hasta su nombre que durante un tiempo me pareció demasiado simple y corto porque no reflejaba todo lo que él era más que la personalidad de un muchacho travieso y encantador según las palabras de mi madre, pero Harry también podía ser tímido y reservado, aunque tal vez eso no me lo creas porque él era un muy orador teniendo en cuenta de que era coronel y constantemente tenía que rendir cuentas de los progresos de su pelotón, y hablar de sus estrategias al cuerpo militar.

Pero al final del día, coronel o no, seguía siendo el hijo mayor de una pequeña familia, pero al mismo tiempo era mucho más complejo que eso porque cuando se colocaba el uniforme no quedaba rastro del muchacho encantador, ni del romántico hombre con el que su esposa alardeaba haberse casado y en su lugar aparecía un hombre frío y calculador, un estratega nato que su propio título jamás le permitió bajar la cabeza porque no podía dejarse ablandar.

No se llamaba como tú, Liam y tampoco tenía un nombre tan poco común como Zayn, pero si tenía un segundo nombre como yo. ¿Alguna vez llegaste a llamarlo Edward?, yo sí, cuando quería hacerle saber que estaba molesto si es que se le puede llamar así a la fingida molestia porque tú también debes saber que era imposible molestarse con alguien como él porque a pesar de ser muy orgulloso para admitir cuando lo sentía según las palabras de su esposa, el coronel me llegó a suplicar perdón de rodillas cuando el anuncio de su compromiso fue inevitable.

Aún pese a la amistad de nuestras familias mucho antes de que yo naciera, nuestro primer encuentro no fue en ninguna de nuestras casas, ni siquiera cuando mi madre me hacía ir a casa de los Styles por mi hermana que prácticamente eran todos los días porque a Gema le gustaba mucho la compañía de Lottie y como el hermano mayor era mi responsabilidad llevarla y traerla de regreso.

Fue durante el verano cuando mamá me obligó a acompañar a mi hermana a la piscina para cuidarla junto con Gema porque eventualmente iría, era un plan de chicas al que mi madre me había hecho formar parte como medida de seguridad porque Lottie aún no sabía nadar, pero las intenciones de mi hermana y la suya no eran esas. La idea de escucharlas hablar de chicos no me entusiasmaba en absoluto, me obligaba a creer que no, pero siempre me atrapaba escuchándolas con tanta atención que antes de que el señor Jones supiera que su hijo era un invertido yo ya lo sabía. Jamás había cruzado palabra con los chicos que ellas mencionaban, pero sabía que Bryce Anderson era el nombre del chico simpático que doblaba el turno los sábados en la pizzería local, y Richard Smith era el petulante odioso que fumaba en los baños, pero aquella piscina de hamacas rayadas y camastros blancos junto al agua fresca en una calurosa tarde de verano también era demasiado como para resistirme.

Recuerdo cada detalle de ese día porque cuando solo existíamos él y yo, el coronel me insistía en que le contara como nos habíamos conocido cuando no podía dormir.