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La primera vez que Beomgyu lo sintió, estaba medio dormido en clase de historia. Comenzó en su estómago: un retortijón apretado que lo hizo sentarse de golpe, llamando la atención de Haerin y distrayéndola de tomar sus notas. Su amiga apenas sí arrugó un poco el entrecejo, pero Beomgyu captó la pregunta tan fácil como si ella se la hubiese hecho en voz alta.

Él respondió de modo similar, negando con la cabeza. "No pasa nada, todo está bien." Se encorvó otra vez encima de su pupitre para probarlo, pero el extraño aleteo en su abdomen, justo debajo de su ombligo, sugería todo lo contrario. Beomgyu se imaginó que se trataría de algún tipo de indigestión, pero esa leve esperanza murió rápidamente. En vez de eso, se sentía como un estirón, como si alguien tuviera agarrados a sus órganos internos y los estuviera reclamando como suyos. Alguien que los quería de inmediato.

« ¿Ahora qué? », pensaba Beomgyu con molestia. Se suponía que todas las cosas raras que le habían pasado durante toda su vida, ya se habían terminado. Ya había pasado por la mierda de los hechizos para convertirlo en cerdo o para dejarlo sin voz durante dos días.

Un tirón, insistente, volvió a aparecer. Beomgyu oprimió una mano contra su abdomen. ¿Y si tenía un tumor? ¿Un regalo de bienvenida por haber regresado a clases? O algo nuevo. Una maldición.

─ Mañana estudiaremos algunos temas nuevos e interesantes para todos ustedes. ─anunció monótonamente el profesor Hwang y, de inmediato, los alumnos comenzaron a salir en desbandada por la puerta. Beomgyu se obligó a caminar, consciente del escrutinio de Haerin.

La mirada de investigador de Haerin estaba clavada en Beomgyu y éste fingió estar ocupado guardando sus garabatos de la clase. Por suerte, su falsa naturalidad pareció funcionar.

─Ya me voy, entonces ─dijo ella─. Los veo después de clases. Les dijo a Beomgyu y a Kai, quién estaba junto a beomgyu, solo a un par de centímetros.

─¡Nos vemos! Ven, Beomgyu. Es un largo camino para llegar a nuestras habitaciones. ─ dijo Kai, con su tono alegre y divertido de siempre.

─Voy. ─Beom no dijo nada acerca de la extraña sensación. La presión se redujo tan pronto como él comenzó a moverse en la dirección que el tirón parecía preferir. Aminoró pero no desapareció, convirtiéndose en un suave y constante picoteo. Pic, pic, pic.

Beomgyu y Kau dejaron el aula atrás y se dirigieron hacia sus habitaciones. Fue hasta que llegaron al camino que conducía al campo de
entrenamiento de basquetbol, que el jaloneo incrementó su fuerza. beomgyu se detuvo y se giró.

─¿Qué sucede? ─preguntó Kai.

─No lo sé. Necesito ir al campo de básquet.

─¿Qué? ¿Por qué?

─No lo sé.

─Joder, no t pongas todo misterioso otra vez. ─Kai negó con la cabeza y suspiró─. Pero, como sea. Vamos.

─No, tú ve a clases. Toma notas por los dos si es que acaso hay algo que valga la pena anotar. Esto no debería ser gran cosa.

─No debería. Conociéndote, esas podrían convertirse en tus últimas palabras, compañero.

─Sí, ya vete. ─Beomgyu le dio un leve empujón. Kai le hizo una señal obscena con una mano y se fue.

beomgyu se dirigió hacia el campo, moviéndose más rápido a cada paso que daba hasta que llegó el punto donde iba casi corriendo. El estirón se sentía como un ave salvaje atrapada debajo de su piel, luchando por escapar. Beomgyu tomó una curva en el camino y se detuvo en seco cuando se encontró de frente con otra persona que venía en sentido contrario, corriendo sin aliento igual que él. No obstante, ahí era donde finalizaba toda semejanza entre ellos dos.

─Choi ─dijo Beomgyu, esforzándose para no mostrar perturbación en la voz.

─Kim. ─Yeonjun parecía distraído y apenas sí consiguió hacer una mueca muy leve.

Beomgyu asintió con la cabeza a modo de despedida y se movió a un lado, pasando junto a Yeonjun pero guardando una gran distancia. Yeonjun hizo lo mismo y se alejó dando grandes zancadas. Beomgyu dio cuatro pasos y, entonces, se giró para encarar a Yeonjun, abriendo mucho la boca.

Yeonjun también se había girado hacia él. Se veía atónito y había abierto los ojos de un modo que Beomgyu no lo había visto hacerlo nunca antes.

─¿Qué? ─espetó Yeonjun; ─ ¿Qué demonios?

Beomgyu dio un paso tentativo hacia él. El tironeo en su viente brincoteó ansioso, peleando con la desagradable sensación que parecía haberse quedado en su estómago de manera permanente. Beomgyu no podía ni hablar mientras recorría lentamente la distancia entre los dos.

─Escucha, Choi... ─comenzó a decir, estirando una mano hacia el otro como si intentara calmar a una bestia salvaje. Cualquier oportunidad de culpar a Yeonjun por lo que fuera que le estaba sucediendo quedó erradicada por la expresión de pánico que éste tenía en la cara.

─¿Qué es? ─preguntó Yeonjun señalándose hacia abajo─. ¿Qué es esto? ─A Beomgyu casi le dan escalofríos.

Yeonjun también debía sentirlo.

─¡No lo sé! ¡Comenzó solo!

─Si se trata de algún maldito hechizo de esos..

─¡No fui yo! ─Beomgyu se acercó tanto como le fue posible. Parecía tener un agujero lleno de serpientes revolcándose en sus tripas, urgiéndolo a ir hacia donde estaba Yeonjun.

─Como si fuera a creerte... ─Yeonjun levantó las manos en un gesto defensivo conforme Beomgyu se acercaba a él más y más. Las manos de Beomgyu se movieron irreflexivamente y, entonces, como si atrapara un balón de voley, su mano agarró la de Yeonjun.

Inmediatamente, el retortijón tirante dejó de sentirse. Beomgyu soltó una exhalación y sus ojos se encontraron con los de Yeonjun.

─¿Qué fue lo que hiciste? ─susurró Yeonjun muy bajito. Estaban parados tan cerca el uno del otro que beomgyu podía distinguir bien los diferentes colores de sus pestañas.

─Yo no hice nada ─insistió Beomgyu. Espero a ver si la sensación regresaba. Después de todo, no había hecho nada más que tocar a Yeonjun, aunque repentinamente estuvo demasiado consciente del hecho de que la piel de Yeonjun estaba tibia y su mano formaba un puño.
─Voy a soltarte ─decidió Beomgyu, ya que Yeonjun no parecía inclinado a moverse. Yeonjun asintió.

Beomgyu lo soltó y dio un paso atrás. Se miraron el uno al otro por un tenso momento.

─¿Sientes algo diferente? ─preguntó beomgyu.

─¿Debería?

─¡No lo sé!

─Bueno, lo que fuera que esperabas conseguir, espero que ya hayas terminado.

Molesto, Beomgyu iba a comenzar a gritarle al cretino, pero Yeonjun se giró sobre sus talones y se marchó a toda prisa.

─Eso fue jodidamente raro ─murmuró Beomgyu.

* Aquí finaliza el primer capítulo, si hay algún error con los nombres o algo x el estilo, déjalo en los comentarios, por favor. No olvides dejar tu estrellita, y seguirme si no lo haces.

Los qro mucho chiquillos brr
También les recomiendo mis otras historias, obvio 👨🏻‍❤️‍💋‍👨🏻👨🏻‍❤️‍💋‍👨🏻👨🏻‍❤️‍💋‍👨🏻. DEJEN SU ESTRELLA, BYE.

« créditos a Cheryl Dyson »

Release and Desire | Yeongyu 🔞Where stories live. Discover now