CAP 11

310 18 1
                                    

POV LEO

Es el mismo día que Jennie entró a mi oficina y me encontró con Sohee. Estoy sentado en mi oficina, observando las cosas que Jennie me trajo esta mañana. No puedo dejar de sentirme como un completo idiota. Aquí, sobre mi escritorio, está una caja con mi pastel de chocolate favorito y una botella de mi whisky preferido. Ella sabe lo que me gusta, sabe cómo hacerme sentir mejor, pero yo... yo fui lo suficientemente estúpido como para arruinarlo todo.

Mis manos tiemblan mientras abro la caja con el pastel. La suavidad del chocolate y su aroma me recuerdan los buenos momentos que compartimos, los días en los que no había secretos ni mentiras, solo nosotros dos y nuestra vida juntos. Al lado de la caja, veo una carta doblada con mi nombre escrito en la caligrafía de Jennie.

La abro con cuidado, casi temiendo lo que pueda encontrar dentro. Su letra, tan familiar, llena la página:

__________________________

Hoy no podía dejar de pensar en ti. Me he dado cuenta de que he estado tan atrapada en mi propio dolor que no he visto el tuyo. A pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, no puedo evitar recordar lo que teníamos, lo que éramos antes de que todo se volviera tan complicado.

Me duele saber que hemos llegado a este punto, pero en el fondo de mi corazón, todavía quiero creer que podemos encontrar el camino de regreso el uno al otro. Sé que no va a ser fácil, pero estoy dispuesta a intentarlo si tú también lo estás.

No sé si esto es lo correcto, pero quiero darte otra oportunidad, por nosotros, por nuestro bebé. No puedo prometer que todo será perfecto, pero prometo intentarlo, si tú estás dispuesto a cambiar y a ser el hombre del que me enamoré.

-Jennie

__________________________

Mis ojos se llenan de lágrimas mientras leo esas palabras una y otra vez. ¿Cómo pude ser tan ciego? ¿Cómo pude arruinar todo con la única persona que realmente me ha amado de esta manera? No puedo evitar que las lágrimas caigan sobre la carta, manchando la tinta, pero sigo leyendo, buscando una esperanza en cada palabra, en cada letra.

Me siento un estúpido, un completo y absoluto idiota. Comienzo a gritarme a mí mismo, mi voz resonando en la vacía oficina.

-¡¿Qué demonios te pasa, Leo?! ¡Lo tenías todo y lo perdiste! ¡Eres un idiota!- Me levanto de mi silla, casi tumbándola, y golpeo mi escritorio con ambos puños. El dolor físico es nada comparado con lo que siento por dentro. No puedo dejar de pensar en cómo arruiné la única oportunidad de redimirme.

Miro a un lado de mi escritorio y veo la foto de nuestra boda. El marco está un poco roto, producto de mi ira en más de una ocasión. La foto... nosotros dos, sonriendo como si nada en el mundo pudiera separarnos. Tomo la foto en mis manos y paso los dedos por la imagen de Jennie, recordando ese día. ¿Cómo pude permitir que todo se viniera abajo?

Decido que necesito hacer algo, cualquier cosa para remediar esta situación. No puedo dejar que termine así. Miro el marco una última vez y me propongo comprar uno nuevo. Me levanto, tomo mis llaves y salgo de la oficina. Mientras camino hacia la tienda, no puedo dejar de pensar en cómo pedirle perdón a Jennie, cómo hacerla ver que estoy dispuesto a cambiar, que puedo ser el hombre que ella necesita, que nuestro bebé necesita.

Llego a la tienda y encuentro un marco perfecto para nuestra foto de boda. Es simple, pero elegante, exactamente como lo que necesitamos para empezar de nuevo. Justo cuando estoy a punto de pagar, una idea se me ocurre: ir a casa de Jennie y pedirle perdón, no solo con palabras, sino con hechos.

La doble vida (Jenlisa ) (Jenlim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora