Después de un largo y ajetreado día en el trabajo, el alfa Kim Taehyung solo desea llegar a su cálido hogar, con su precioso esposo y sus dos bellos hijos.
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Taehyung suspiró extasiado al terminar de firmar el último papel que tenía pendiente.
El día de hoy había sido muy complicado para el. Desde que había llegado por la mañana al trabajo, su secretario, Yoongi, le tenía preparada una agenda muy apretada, llena de juntas y mucho papeleo que firmar. Era lo más común al ser el jefe que manejaba la empresa, pero a veces deseaba tener más tiempo para pasarlo con su familia.
Tiró el bolígrafo en el escritorio frente a él y se levantó de su cómoda silla de cuero sintético, no sin antes mirar y darle una sonrisa al cuadro que reposaba sobre su escritorio.
Era una foto suya, en la que posaba con su bello esposo y su pequeño hijo de tan solo 5 años.
Eran lo más preciado de toda su vida.
Tomó su maletín negro y salió de la oficina, con dirección al elevador. Al llegar al primer piso, se encontró con su secretario.
—Yoongi, los papeles ya están listos, puedes pasar por ellos a la oficina.
El nombrado dio una pequeña reverencia. —Entendido.
Taehyung se dirigió a la salida, despidiéndose de unos cuantos empleados.
Subió a su camioneta y encendió la radio, frunciendo el ceño al notar que ya marcaban las ocho de la noche.
Trató de conducir un poco más rápido de lo normal, pero moderadamente. El día de hoy había sido demasiado estresante, y lo único que necesitaba ahora era llegar a su hogar, en el que su pequeña y adorada familia lo estaban esperando. Se sentía tan estresado que incluso podía sentir su aroma a café y canela haciéndose más fuerte, pero al darse cuenta lo controló.
Al llegar a su casa, estacionó su camioneta frente a ella, y se dirigió hacia la entrada, sintiéndose ansioso por poder ver a los dos amores más grandes de su vida. Los había extrañado tanto.
Sin embargo, recordó que había olvidado las llaves dentro de casa, por lo que tocó la puerta, esperando ser escuchado.
Sonrió al instante al oír una reconocida voz. —¿Quién es?— cuestionó la personita detrás de la puerta.
—Jaehyun, soy papá.
Casi al instante, la puerta fue abierta, revelando al pequeño niño detrás de ella, sintiendo como la tensión de sus hombros se disipaba.
Taehyung se agachó y estiró sus brazos al instante.
—¡Papi!—el tierno niño saltó hacia sus brazos, abrazándolo fuertemente —Ya sabía que eras tú, solo quería estar seguro.
