Capitulo III

269 23 3
                                    

Giyuu sintió un calor recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. La conexión que habían forjado en la batalla y en su vida diaria se sentía más fuerte que nunca. La serenidad de la noche, combinada con la calidez de la mano de Obanai, creó un espacio seguro donde podían compartir sus pensamientos más profundos.

—Sabes, a veces pienso que el destino nos unió por una razón —dijo Giyuu, mirando las estrellas que brillaban en el cielo oscuro—. Tal vez somos más fuertes juntos.

Obanai asintió lentamente, sus ojos fijos en el horizonte.

—Siempre he creído que la fuerza viene de las conexiones que formamos. Pero nunca supe lo que significaba tener a alguien en quien confiar hasta que llegaste a mi vida.

Giyuu sintió que su corazón se llenaba de emoción.

—Prometo que siempre estaré aquí para ti, Obanai. No solo como pilar, sino como tu compañero.

Los ojos de Obanai se suavizaron, y por un momento, la seriedad de su rostro se desvaneció, dejando ver un destello de vulnerabilidad.

—Eso significa más de lo que puedes imaginar, Giyuu. He estado solo tanto tiempo que olvidé lo que era tener a alguien a mi lado.

Con el tiempo, su relación se convirtió en un refugio donde ambos podían ser ellos mismos, lejos de las expectativas y las presiones que enfrentaban como pilares. Organizaron pequeñas escapadas a lugares tranquilos, donde podían disfrutar de la naturaleza, descansar y reír sin preocupaciones.

Una tarde, mientras caminaban por un bosque lleno de árboles altos y flores silvestres, Giyuu decidió hacer algo especial. Había recolectado algunas de las flores más hermosas que encontró y, sin que Obanai se diera cuenta, comenzó a hacer una pequeña corona.

—Obanai, ven aquí un momento —llamó, con una sonrisa traviesa.

Obanai se giró, curioso.

—¿Qué estás haciendo?

Giyuu se acercó con la corona de flores en la mano.

—Quiero que lleves esto. Es un símbolo de nuestra amistad y de todo lo que hemos superado juntos.

Obanai se quedó en silencio, sorprendido por el gesto.

—No sabía que eras tan creativo, Giyuu.

Giyuu se rió, sintiéndose orgulloso de su pequeña creación.

—No soy un experto, pero creo que se ve bien.

Al colocar la corona en la cabeza de Obanai, sintió una alegría inmensa al ver la sonrisa que se dibujaba en su rostro.

—Te ves increíble —dijo Giyuu, sintiendo que el tiempo se detenía en ese instante.

Obanai se sonrojó, y aunque su rostro seguía siendo serio, había un brillo especial en sus ojos.

—Gracias, Giyuu. Esto significa mucho para mí.

La relación entre ellos continuó creciendo, y cada día se convertía en una nueva oportunidad para compartir experiencias, risas y sueños. Giyuu encontró en Obanai no solo un compañero de batalla, sino también un amigo inquebrantable y un amor que lo llenaba de esperanza.

Sin embargo, la vida de los pilares nunca estaba exenta de desafíos. Una noche, mientras se preparaban para una misión crucial, recibieron la noticia de que un poderoso demonio había sido avistado en un pueblo cercano.

—Debemos actuar rápido —dijo Giyuu, sintiendo la adrenalina correr por sus venas—. No podemos permitir que cause daño.

Obanai asintió, su mirada seria y decidida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 08 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora