080824

7 0 0
                                    

Había concordado con que era como una rosa; tan hermosa pero que sus espinos lastiman, dejando piquetes en sus almas que pronto serían sanados con un sublime amor.

Ahora me doy cuenta de como mi estulticia absorbe la sangre de los demás quitándoles el brillo de sus ojos, haciendo que lo único que resplandezca en sus semblantes sean las lágrimas que brotan.

Tentado por el pecado, terminé cayendo en mi propio infierno, el mismo en el que condené a Dios por nunca haberme ayudado cuando estaba lívido del miedo y tristeza.

Así como a las brujas, me quemaré hasta las entrañas para que mi cuerpo hecho cenizas no lastime ni a quienes merecen ser despojados del respeto.

𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮́𝘁𝗶𝗰𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora