Nuestro final - [Bakugo pro héroe x Deku profesor]

1

Todo empezó con la aparición de poderes llamados dones que se fortalecen con cada generación en la mayoría de niños de 4 años ¿Por qué digo la mayoría? Eso se debe a que existen personas como nuestro protagonista que nació sin un don aunque con el paso de los años aquello se vuelve cada vez más raro dejando casi inexistentes a las personas sin don.

Esta es la historia de un chico llamado Izuku Midoriya se convirtió en el más grande héroe luego de salvar al mundo a sus 17 años, empezó siendo un chico tímido y temeroso hasta ser un héroe mundialmente conocido por sus hazañas luego de derrotar en la guerra al villano más temible que no solo amenazaba a Japón, sino que también al mundo. Lamentablemente como toda historia de superhéroes, aquella fama no duró mucho pues el don que había conseguido de su maestro All Might; símbolo de la paz en su época; desapareció junto al villano volviendo a su punto de partida.

Siete, siete largos años pasaron desde aquella guerra que marcó en el mundo un antes y un después en la sociedad de los superhumanos, nuestro protagonista al perder su don no se desanimó, siguió con la vista al frente usando su experiencia como héroe para guiar a las futuras generaciones convirtiéndose en un profesor de la prestigiosa escuela de héroes UA. Ahora con 24 años tenía una clase a cargo donde se encargaba de enseñarles la forma más adecuada de usar sus poderes, aunque llevaba una vida tranquila y pacífica, a veces soñaba despierto de cómo sería su vida como héroe, en especial cuando venía a sus amigos con quienes se graduó en la televisión mostrando sus grandes hazañas.

— Hace algunos meses que no los veo... nuestros horarios casi nunca coinciden, me pregunto cómo estarán — Mencionó nuestro protagonista colocando su mano en el vidrio que separaba la televisión con las noticias de héroes del espectador. Los puestos de los mejores héroes de Japón eran muy reñidos y cambiaban con cada año, gran parte del top 10 eran graduados de la UA, el primer puesto aun no se lo quitaban a Lemillion en los últimos 3 años. Aquel joven de ojos verdosos sonrió al ver a sus amigos en la televisión, siempre estaba al tanto de las noticias que salían en especial cuando se trataba de las personas que aprecia y acompañan en su camino. De pronto, la imagen en el televisor cambió a un chico de la misma edad con cabello cenizo y ojos rubíes, sus características eran bastante resaltantes. Su ceño fruncido demostraba que lo habían hecho agotar la paciencia, probablemente se debía a la gran cantidad de personas; en especial mujeres; que lo perseguían para un autógrafo — Veo que Kacchan sigue igual de animado, le debe ser difícil lidiar con sus fans — Habló el peliverde dejando salir una risa, aunque ambos tuvieron un relación bastante complicada desde niños, lograron superarlo llegando al punto que incluso podían mantener un conversación con naturalidad.

"Intentaré contactarlo en estos días"

Aquello fue un pensamiento fugaz pero a la vez estaba muy decidido en hacerlo, sería buena idea ponernos al día y ¿quien sabe? capaz puedan encontrar una forma de reunirse con el resto de la clase. Bajó su mano del vidrio y revisó la hora pues aun estaba en camino a su trabajo, su rostro palideció al notar que solo quedaban 5 minutos para el inicio de las clases — AAAAH se me hizo tarde! ¡Debí prestar más atención a la hora! — De esta forma, fue que nuestro protagonista corrió sin parar a la UA.

Mientras Izuku Midoriya corría a su destino, la pantalla del televisor cambió a una noticia en vivo donde podíamos ver a aquel joven cenizo con gotas de sangre recorriendo su rostro agotado. Se escuchaban algunos gritos asustados junto con explosiones y escombros caer ¿Cómo llegó a ese punto? Será mejor retroceder unos pocos minutos, ubicándonos en una ciudad vecina. Pese a que la cantidad de villanos en Japón había disminuido en gran medida aún había presencia de personas que usaban sus dones con la finalidad de dañar, un joven de mediana edad se detuvo a medio andar haciendo un ataque rápido en uno de los edificios cercanos. Los cristales estallaron en pedazos, las columnas se derrumbaron atrapando a algunas personas entre los escombros, los gritos ayuda no se hicieron esperar