Enséñame

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—¿Ese es mi Beanie? —pregunto en susurro asimilando la situación.

Hace unos momentos había entrado a la choza y me encuentro con Rai dandose placer con una almohada entre las piernas encima de mi sillón.

Aunque es la primera vez que le encuentro siempre he sentido que con lo bellaca que es era algo que tarde o temprano podia ocurrir, también estaba dispuesta a dejarlo ir con la única advertencia de que hiciera ese tipo de cosas en su casa, tampoco es algo para armar mucho drama pero agradecería que pensara mas en su privacidad y mi comodidad.

No quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si en mi lugar hubiera estado mi papá o peor aún el cocodrilo.

Pero antes de poder dejar ir el tema, mis ojos se posan en el sillón donde se encuentra uno de mis beanies, es el naranja que no hace mucho habia usado y mi memoria me hace recordar perfectamente donde se encontraba la cara de Rai cuando entré, incluso juraría que estaba mordiendolo.

—Rai que estabas- — mi oración es interrumpido cuando siento su lengua lamer la palma de mi mano que aún permanecía en su boca, de inmediato la retiro y me limpio con mi pantalón.

—Rai!, que asquerosa eres— Sin decir nada más la peliroja se levanta del sillón en dirección a mi cuarto pero le agarro rápidamente su brazo.

—Espera Rai, no ha terminado la conversación— voltea desinteresada.

—Acho Alondra, me tienes harta en verdad, toca prender, arregla ahí mientras voy al baño a retocarme mi lip combo— sin saber cómo mas evitar que ignore el tema le tomo por los costados de su abdomen volteandola hacia mi, siempre ha sido más alta pero hago mi mayor esfuerzo por no dejarme intimidar.

Se queda quieta esperando por lo que vaya a salir de mi boca pero de inmediato su perfume invade mi olfato, es una bofetada que me deja a su merced. Mi mirada se pierde en su rostro y no me permito omitir un solo detalle, su delineado perfecto, sus jugosos labios color rosa, el rubor en sus mejillas y el contour que exalta sus delicadas facciones ahora son sus ojos expectantes que me hacen sentir como una presa atrapada.

Rai ama dejarme sin palabras, timida y pasmada, pero al recordar la escena en la que le encontré, la confianza vuelve a mí y a pesar de estar sintiendo su abdomen bajo las yemas de mis dedos la cuestiono sin titubeos.

—¿Que estabas haciendo con mi beanie, Rai?— su nerviosismo es evidente al principio, incluso parece querer intentar formar el puchero que tan a menudo me deja totalmente desarmada pero al ver que mi cara (con el maximo de mis esfuerzos) permanece seria, se suelta repentinamente de mi agarre y huye hacia mi habitación. Sin pensarlo la sigo.

—Suficiente Alondra, me voy a enojar en serio si no dejas el tema— me dice al escuchar mi pasos tras ella, ya en la habitación cierro la puerta corrediza a mis espaldas.

Es verdad, estoy presionando mucho el tema cuando podría simplemente seguir el resto de la noche como normalmente lo hariamos y prender, pero hoy de todos los dias estoy siendo arrastrada por mis emociones.

Después de hablar con mi papá y básicamente ser reprendida y bloqueada por mi mamá me siento ansiosa y entre la confusión Rai es la única que me da seguridad, quiero tenerla cerca y no puedo evitar mi curiosidad por sus acciones y pensamientos en especial cuando me involucran, quizá es solo impulsividad lo que me hace actuar, pero muy dentro de mi quiza la realidad sea otra y quizás solo quizás también he intentado tocarme pensando en Rai.

Me aproximo lentamente y la cojo de su mano, acariciandola con mi pulgar.

Sin decir nada llevo mi otra mano a su cuello y escondo mi rostro en él oliendo su piel donde encuentro rastros del olor de su base, de su perfume y de su cuerpo, me quedo ahi por un rato hasta que la siento intentar apartarse.

En Tu Piel // -Railo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora