17. Instantes

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Azul estaba tratando de no mirar el celular

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Azul estaba tratando de no mirar el celular.
El simple pensamiento de encenderlo y enfrentarse a las notificaciones la llenaba de ansiedad. Sabía que le esperaban mensajes de su mamá que ya no quería seguir leyendo, comentarios en sus publicaciones de Instagram donde la insultaban por estar con Grealish, y las insistencias de Mark pidiendo nuevas fotos...

Estaba de vacaciones y, al menos por esa semana, decidió fingir demencia.

Su celular quedó boca abajo en su mesa de luz y simplemente se paseaba con su cámara de fotos cuando quería tomar alguna.

Ese primer día en la costa Amalfitana, el grupo decidió quedarse en la casa para descansar. Todos estaban agotados del viaje y acumulaban cansancio tras los intensos partidos que habían jugado, así que pensaron que sería mejor opción simplemente disfrutar de la piscina y de las hermosas vistas que tenían desde el jardín de la casa. Por otro lado, Denise y Julián no compartieron el mismo sentimiento. Se habían ido temprano a la playa, mucho antes de que el resto se despertara. Jack estaba aliviado, todavía no sabía bien como comportarse frente a Julián, luego de hacer oídos sordos a su petición de alejarse de Azul. No le gustaba como habían quedado las cosas, aunque en el avión parecían estar más relajadas, no sabía cómo proceder.

Jack estaba con la cabeza más ofuscada que nunca, tanto que lo último que esperaba era recibir una llamada de su ex.

Se secó las manos con la toalla, ya que acababa de salir de la pileta y agarró su celular, caminando lejos de la piscina llena de gente mientras contestaba la llamada. Entró a la casa.

—¿Sash? —su voz sorprendida. No estaba seguro de si la alegría o la incomodidad dominaban al escucharla después de un tiempo.

El acento británico se escuchó inmediatamente del otro lado, y no precisamente de buen humor.

—¿Me estás cargando, Jack Grealish? —Sasha tenía la costumbre de decir su nombre y apellido cuando estaba enojada, lo que no era buen indicio.

¿Qué hice ahora?, pensó él.

—¿Sasha? ¿Qué pasó? —frunció el ceño, confundido.

—Hicimos un acuerdo, arreglamos bien los días y todo. —habló enojada, se la escuchaba como si estuviese caminando por la calle por lo agitado de su respiración y el ruido de fondo—. Y no viniste a buscar a Skye, entonces te la voy a llevar a tu casa y no estás. Me tengo que enterar por las noticias que te fuiste a Italia y con...

Woman | Jack GrealishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora