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Marzo
Jack apagó el auto cuando terminó de estacionar y largó un suspiro.
Miró a su lado, encontrándose con la dulce mirada de Skye y acarició su cabeza con ternura.
—Te voy a extrañar, bebé. —le dijo—. No voy a dejar que pases mucho más tiempo lejos.
La perra le lamió la mano en respuesta y él se bajó del coche. Rodeó el auto y abrió la puerta del otro lado para dejar bajar a Skye.
El día anterior había jugado unos pocos minutos para la FA cup, en Bristol. Pero ganaron tres a cero, lo que fue muy importante para el equipo. Luego les dejaron el miércoles libre para que descansen, así que pasó todo el día con su mascota, y fue con ella a visitar a Bernardo y a su familia. Skye se había hecho amiga de los perros del portugués, así que pasaron un buen día. Ya se estaba haciendo de noche, así que debía llevarla con Sasha otra vez. Sentía que el último soplo de felicidad se le iba de a poco.
Llegó hasta la puerta de la casa en la que vivía la rubia ahora. En el centro de la ciudad estaba. Tocó el timbre y la rubia no tardó mucho en abrirle. Saludó a su perra, contenta de volver a verla, y luego lo invitó a pasar. Jack se quedó medio sorprendido, pero no dudó en aceptar.
Así que ahí estaban. Sentados frente a frente en el comedor, con una taza de té cada uno, y hablando de cualquier cosa, menos del elefante en la habitación. Skye se había ido a tirar al sillón ni bien entró, estaba cansada.
Grealish observó su alrededor. Era una casa bonita, se preguntaba si la estaba alquilando o la había comprado. Estaba seguro de que no se la había prestado ninguna amiga, ya que jamás había estado ahí antes, y conocía a sus amigas.
—Pero bueno... Lo más importante es que tiene un pequeño jardín para que Skye pueda jugar tranquila. —le estaba contando. Jack asintió, dándole un sorbo a su té.
—Así que... —habló el ingles—. ¿Cómo estás?
Jack quería hablar de lo importante. No quería hacerse el boludo, charlar como si nada hubiese pasado. Quería aclarar las cosas de una vez. Y ahora su ex parecía un poquito más abierta a que lo haga, a comparación del último mes.
—Bien, bien. —dijo—. Estoy trabajando bastante en un nuevo lanzamiento de la marca, así que me estoy enfocando en eso más que nada.
Sasha tenía una marca de maquillaje. La había lanzado hace un año junto a su mejor amiga.
—Que bueno.
—Sí. —sonrió brevemente—. ¿Y vos? Estuve viendo los partidos del City, están jugando muy bien.
—Sí, sí. El equipo está funcionando bien, y por suerte tenemos buenos resultados. —sonrió, medio incómodo.
Se sentía muy extraño. Era raro sentirse tan lejano a ella, sentirse incómodo, jamás habían estado así, sin poder hablar como querían.
