The Revelation

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El sol caribeño bañaba la terraza de la casa que Young Miko y Carolina compartían en las afueras de San Juan. El día había llegado, y la emoción estaba en el aire. Carolina, con su pancita de cuatro meses, se acomodaba en una silla mientras Miko corría por la casa, ajustando los últimos detalles.

“¿Estás nerviosa, amor?” preguntó Carolina, su acento dominicano llenando el espacio con una calidez que siempre lograba calmar a Miko.

“No tanto como ansiosa, mi reina,” respondió Miko con su acento puertorriqueño, mientras se acercaba y le plantaba un beso en la frente. “Mariana tiene todo bajo control, ¿verdad, Mari?”

“¡Obvio, nena! Tú tranquila que aquí no se me escapa nada,” dijo Mariana, la mejor amiga y mánager de Miko, entrando con un paquete en las manos. Llevaba semanas organizando cada detalle del baby shower y, más importante aún, ella era la única que sabía el sexo del bebé.

Los amigos y familiares empezaron a llegar, llenando la terraza con risas y conversaciones. Había globos de colores neutros, una mesa llena de comida y un gran pastel en el centro. Nadie, excepto Mariana, sabía si ese pastel tenía un centro rosa o azul.

“¡Vamos a empezar las dinámicas!” gritó Mariana, llamando la atención de todos. Se hicieron juegos clásicos como adivinar el tamaño de la barriga de Carolina, entre risas y bromas. Miko no podía dejar de mirarla, tan feliz y radiante como siempre.

Finalmente, llegó el momento que todos esperaban. Mariana se acercó al pastel con un cuchillo en la mano. Miko y Carolina se tomaron de las manos, sintiendo la anticipación y la emoción correr por sus venas.

“¿Listas?” preguntó Mariana, con una sonrisa traviesa.

Miko y Carolina asintieron, y Mariana cortó la primera rebanada. El tiempo pareció detenerse mientras todos miraban el pastel. La primera señal de color apareció y era… ¡rosa!

“¡Es una niña!” gritó Mariana, mientras el grito de alegría de Miko y Carolina llenaba el espacio.

Carolina se llevó una mano al corazón, sus ojos brillaban con lágrimas de felicidad. Miko, con una sonrisa que no podía controlar, la abrazó fuertemente. “Vamos a tener una princesita, mi amor,” susurró, emocionada.

El resto del día fue un torbellino de abrazos, felicitaciones y sonrisas. Mientras el sol se ponía, Miko y Carolina se sentaron juntas, mirando a su alrededor. Todo había sido perfecto. Mariana, exhausta pero satisfecha, se acercó a ellas.

“¿Les gustó la sorpresa?” preguntó, ya con un poco de cansancio en su voz.

“Más de lo que te imaginas, Mari. Gracias por todo,” respondió Miko, dándole un abrazo.

“Esta niña va a ser tan amada,” dijo Carolina, acariciando su vientre. “Y ya tiene a la mejor tía del mundo.”

“¡Tía Mari al rescate siempre!” bromeó Mariana, antes de dejar que la pareja tuviera un momento a solas.

Miko besó suavemente el vientre de Carolina. “Te amo, y ya no puedo esperar para conocer a nuestra hija,” dijo con ternura.

“Y yo a ti, mi amor,” respondió Carolina, mientras el último rayo de sol desaparecía en el horizonte.

Y así, con una mezcla de amor, alegría y esperanza, Miko y Carolina cerraron un capítulo de su vida, listas para abrir uno nuevo como madres, con un futuro brillante por delante.

𝗕𝗲𝘁𝘄𝗲𝗲𝗻 𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗠𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝘀 ~One Shots De Young Miko~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora