ᴱⁿᵗʳᵉ ˡᵃ ᴱˢᵖᵃᵈᵃ ʸ ᵉˡ ᶜᵒʳᵃᶻᵒ́ⁿ

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El auto se detuvo frente a una mansión imponente, rodeada de árboles que proyectaban sombras inquietantes bajo la luz de la luna. Miko y Mariana bajaron, intercambiando miradas cargadas de nerviosismo. A pesar de estar acostumbradas a situaciones de alto riesgo en sus carreras musicales, esto era diferente. Estaban entrando en un territorio donde las reglas las dictaba Alissa, la mujer más poderosa y peligrosa que conocían… y la que ambas amaban en secreto.

—Dime que esto no se va a salir de control, Miko— dijo Mariana, con su marcado acento puertorriqueño, mientras caminaban hacia la entrada principal.

—No lo sé, Mari. Con Alissa, nunca se sabe. Pero tenemos que hacer esto, no solo por ella… sino por nosotras mismas— respondió Miko, ajustándose la chaqueta y respirando hondo antes de tocar el pesado portón de madera.

Un guardia les abrió la puerta, asintiendo con la cabeza. No había necesidad de identificarse; sabían exactamente quiénes eran. Entraron en el amplio vestíbulo, donde los techos altos y las decoraciones opulentas reflejaban el poder y el gusto refinado de Alissa.

La tensión era palpable. Sabían que esa noche se jugaban más que un simple favor para la líder de la mafia más temida del mundo. Mariana y Miko habían estado caminando una línea delgada entre sus emociones por Alissa y su lealtad profesional hacia ella. Pero ahora, esa línea estaba a punto de desaparecer.

Alissa apareció al final de la escalera principal, luciendo impecable en un vestido negro ajustado, que resaltaba su figura y sus rasgos afilados. Sus ojos, de un azul profundo, las miraban fijamente mientras bajaba lentamente los escalones, cada movimiento lleno de control y confianza.

—Finalmente llegaron— dijo Alissa, su acento italiano haciéndose presente en cada palabra. Había una mezcla de diversión y peligro en su voz. —Espero que hayan entendido bien lo que les pedí.

Mariana y Miko se miraron, incómodas. Ninguna de las dos tenía claro qué era lo que Alissa buscaba de ellas esa noche. Sabían que la tarea que les había asignado no era un simple trabajo de rutina, pero tampoco era algo relacionado con violencia. Aun así, el aire estaba cargado de una sensación de inminencia.

—Estamos aquí, Alissa. Dinos qué es lo que necesitas— dijo Miko, intentando sonar segura, aunque su corazón latía con fuerza.

Alissa caminó hacia ellas, deteniéndose justo frente a ambas. Con un movimiento lento, levantó una mano y acarició suavemente la mejilla de Mariana. El contacto fue suficiente para hacer que Mariana contuviera el aliento.

—Lo que necesito…— Alissa susurró, sus ojos pasando de Mariana a Miko— es honestidad. Transparencia. Estoy rodeada de personas que me temen, que me respetan por lo que soy. Pero de ustedes, de vosotras… quiero algo diferente.

El silencio se instaló entre las tres. Mariana tragó saliva, sintiendo cómo su piel se erizaba bajo la mirada intensa de Alissa.

—Alissa, si esto es un juego…— comenzó Miko, con el ceño fruncido, intentando protegerse emocionalmente.

—No es un juego, amore. No con ustedes— respondió Alissa, interrumpiéndola suavemente, mientras tomaba un paso más cerca de Miko. —He estado esperando que alguna de ustedes me lo diga. Que confiesen lo que realmente sienten. Porque yo… también lo siento.

Mariana y Miko quedaron en shock. Sus sospechas se habían vuelto una realidad. Alissa no solo las mantenía cerca por ser eficientes o leales. Había algo más, algo que también latía en el corazón de la peligrosa mafiosa.

—¿Estás diciendo que…?— comenzó Mariana, su voz apenas un susurro.

—Sí— Alissa la interrumpió de nuevo, mirándola con intensidad. —No soy de las que muestra sus sentimientos fácilmente. No puedo permitirme debilidades. Pero ustedes dos… son diferentes. Me desafían, me provocan, me hacen sentir… humana.

Miko se pasó una mano por el cabello, nerviosa. Sabía lo que Alissa estaba confesando, pero no sabía cómo manejar la situación. ¿Cómo reaccionar cuando la mujer que amas y temes en partes iguales te dice que comparte tus sentimientos?

—¿Y qué se supone que hagamos con esto?— preguntó Miko finalmente, su voz llena de confusión.

Alissa sonrió, pero no era una sonrisa amable. Era la sonrisa de alguien que siempre tiene el control.

—Eso, amore mio, es lo que deben decidir ustedes. Yo he sido clara. Ahora les toca a ustedes elegir. Podemos seguir como hasta ahora, fingiendo que esto es solo una relación profesional… o podemos dejar de mentirnos.

El peso de las palabras de Alissa cayó sobre ellas como una losa. Las dos sabían que si cruzaban esa línea, no habría vuelta atrás. Ya no serían solo amigas ni aliadas. Serían algo mucho más complicado, algo que podía poner en peligro no solo sus corazones, sino también sus vidas.

Mariana se adelantó un paso, mirando a Alissa con una mezcla de deseo y determinación.

—Te queremos, Alissa. Ambas. No sé si esto es sabio o si terminará mal, pero no podemos negar lo que sentimos. Hemos estado ocultándolo demasiado tiempo— dijo con una honestidad que la sorprendió incluso a ella misma.

Miko asintió, tomando la mano de Mariana en un gesto de apoyo.

—Sí, lo que dice Mari es verdad. Pero también sabemos que estar contigo es peligroso. Esto no es un cuento de hadas. ¿Qué va a pasar si seguimos adelante?— preguntó Miko, buscando una respuesta que calmara sus miedos.

Alissa las miró a ambas, sus ojos brillando con una intensidad inusual.

—No les prometo seguridad, ni tranquilidad. Pero lo que les ofrezco es algo real. Algo que pocas personas en mi mundo pueden tener: honestidad, lealtad… y amor, si están dispuestas a arriesgarlo todo— dijo en voz baja, acercándose a ellas.

Miko y Mariana se quedaron en silencio, evaluando las palabras de Alissa. Sabían que, si aceptaban, no habría marcha atrás. Pero también sabían que, en el fondo, ya habían tomado una decisión mucho antes de esa noche.

Finalmente, Miko asintió, tomando la mano de Alissa.

—Lo arriesgaremos todo— dijo con firmeza.

Alissa sonrió, esta vez con una calidez inesperada, mientras entrelazaba sus dedos con los de ambas.

—Entonces, amore mio, bienvenidas a mi mundo... en todos los sentidos.

Las tres se miraron, sabiendo que esa noche marcaría el comienzo de algo que cambiaría sus vidas para siempre.










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𝗕𝗲𝘁𝘄𝗲𝗲𝗻 𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗠𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝘀 ~One Shots De Young Miko~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora