El profesor... Mi profesor...

¿No deberias estar estudiando?

No me podía sacar de la cabeza esas tres palabras: —Sólo eres mia... Y habían pasado 2 días ,pero en verdad, que un chico como Elliot dijese eso no me disgustaba, pero me tenía que olvidar de él, hoy por primera vez en la vida mi madre me había dejado salir por la noche hasta las 3 de la mañana, Paola, Chad, Brad y yo nos hibamos ha una disco móvil, y no me iba a preocupar por un profesor... No al menos esa noche.

—Ponte esto, y esto, y esto. —Me ordenó Paola.
—No me pienso poner esos tacones!
—¡April!
—Valeeee.

Me puse un vestido azul turquesa,con un cinturóncito de leopardo con unos tacones de aguja a juego con el vestido, y unas pulseras de animal print.

—¡Estas preciosa!
—Si, lo que tu digas.
—Ahora el peinado.
—A ver lo que me haces.
—Confía en mi.

* Una hora después*

—Wow, ¡Paola!
—¿Te gusta?
—Si, eres la mejor. —Dije dándole un abrazo.
—Gracias.

—¿Estais listas? —Nos preguntó Brad desde la otra parte de la puerta.
—Si.
—Entro.

Brad entró seguido de Chad y los dos abrieron la boca a la vez y se nos quedaron mirando.

—¿Estamos guapas? —Preguntó Paola.
—Preciosas. —Dijo Chad.
—Perfectas. —Remarcó Brad.
—Vosotros estáis también perfectos. —Les dije.
—No tanto como tu. —Me dijo Chad.

Salimos y nos dirigimos hacia el colegio, la madre de Paola nos llevó.

—Hija, a las tres vengó a por vosotros.
—Vale ma.
—Hasta luego Sr Parisi. —Le dijimos los gemelos y yo.
—¡¡VÁMONOS DE FIESTA!! —Grito Paola cuando vio que el coche de su madre se alejó.

Llegamos, y miramos para ver si había alguien que ya conociésemos, pero por desgracia no había nadie así que nos quedamos bailando en medio de la pista.

—Y entonces, como quedastes con Elliot? —Me preguntó Paola.
—Pues si te digo la verdad, no lo sé.
—¿No deberías de estar estudiando? —Me preguntó la voz de un chico, esa voz me produjo un escalofrío.

Me gire y vi a Elliot, hiba con un chico de la misma edad que él.

—Y tu, ¿no deberías de estar con tus putas? —Le pregunté llena de rabia.
—¿Perdón?
—Adiós. —Me despedí de él.
—Paola, ¿nos dejas a solas?—Le preguntó casi ordenó Elliot.
—No, no quiero quedarme sola.
—Tranquila, Evan, mi colega te acompañara.
—Ah, bueno, en ese caso. —Dijo alejándose con Evan de nosotros.
—¿Otra vez con esas preciosa?
—¡Déjame estúpido! —Dije intentando me ir.
—Lo llevas claro. —Dijo cogiendome como un saco de patatas y llevándome al interior de los baños.
—Suelta me, ¡imbécil! —Dije pataleando y dándole golpes en la espalda.
—Cuanto más rechistes más lejos te llevaré.
—¡Imbécil!
—Ala,¡ 5 metros más lejos!

Me callé y me soltó junto a la puerta de un bar cercano a la disco móvil, habíamos ido muy lejos, había recorrido toda la pista de punta a punta.

—Escúchame, cuanto peor te portes conmigo, mas te haré rabiar. —Dijo levantando las cejas, como gesto de si lo había entendido.
—Mira, puteame, jodeme, haz me lo que quieras, pero te voy a tratar como lo que eres, un... —Abrí los ojos como platos cuando note que me estaba besándo, lo aparte de mi cuando su lengua y la mía chocaron.
—¿Q-que haces?
—¿Besarte?
—¿Porque coño lo haces?
—Una, por placer y dos, para que te callases. Llegas a ser muy pesada y muy sexy preciosa.
—¿Y te parecen razones coherentes?
—En esta relación no hay nada coherente.
—¿Que relación? Elliot entre nosotros no hay nada, eres mi profesor de gimnasia, ¿lo entiendes?
—Preciosa, te podría hacer todo lo que quisiese. —Dijo él sin tapujos.
—¡Eso quisieras tu!
—Pues si, pero no lo hago, sería delito.
—¿Perdón?
—Tener relaciones sexuales con una chica que "no quiere" se llama violación. — Dijo acercándose a mi.
—Y con una menor también, se llama pedofilia. Mira, no quiero tener problemas, y menos con un profesor, así que, ¿me podrías dejarme en paz?
—¿Estas segura de eso? —Me dijo arrugando el ceño.
—Completamente segura.
—Vale, algún día te arrepentirás de haber dicho eso, preciosa. —-Dijo con un tono de frustración y de ira a la vez.

La había cagado. Había metido la pata otra vez más, hasta siempre mi felicidad en mi último año escolar...

Lo vi alejándose, vi como entró en el baño, al minuto salió con la cara mojada, me miraba fijamente, me seguía con la mirada, entonces fui a buscar a Paola y me la encontré agarrando a Evan de la camisa y besándolo.

—Ejem. —Me aclaré la garganta, para que pararán.
—Perdón. —Dijo Paola en cojiendo los labios hacia dentro, como cuando te pones pintalabios.
—Hola. —Saludé a Evan.
—Hola.
—Evan tío, vamonos. —Dijo Elliot varios metros detrás de mi.
—Voy.
—Adiós. —Se despidió Evan.

Elliot me miró con la misma cara de ira que antes.
Ya eran las 2:55, y tres chicos me habían pasado su número, Paola, estaba hablando con Evan por Whatsapp, ¿se había enamorado? ¿De verdad?

—Paola, ¿y los gemelos?
—Si, April, si.
—Uff. —Me da una rabia cuando no me atienden cuando hablo.

Me fui a buscar a los gemelos, estaban en el porche de el patio, les hiba a dar un susto, y me escondí, y les escuché decir:

—¿Has visto que guapa está?
—Si, Chad, pero detrás de ella van varios.
—Me da igual, yo se lo tengo que decir...
—Chad, nuestra amistad se romperá.
—Porque, ¿y si me dice que si?
—Y si te dice que no, tú ya no la verás como la amiga guapa y simpática sino como la guarra que te habrá dicho que no, y además, ella ya no confiara en ti tanto como siempre.

Estaba claro que ha Chad le gustaba Paola, se lleva bien con ella, hoy va muy guapa, detrás de ella van varios...

—Me da igual, no puedo arriesgarse a perderla, y menos a que le hagan daño, si ese cabrón le toca o le hace algo, yo...yo... Daría mi vida para que no lo volviese ha hacer...
—Chad...
—No, Brad, no vas a hacer nada para impedirlo, se lo diré...

Bueno pues hasta aquí el capítulo de hoy...
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∆PD:No me seáis fantasmas∆