Cap 14

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El sol bañaba la habitación con una luz suave y cálida, despertando a Rusia de su sueño. Se incorporó lentamente, parpadeando mientras su vista se acostumbraba al resplandor matutino. Sentía el calor de USA todavía a su lado, su respiración tranquila y rítmica. Con cuidado, Rusia se levantó del sofá, procurando no despertar al americano. Caminó hacia el baño, sintiendo el frío de la mañana en sus pies descalzos. Necesitaba un momento a solas para ordenar sus pensamientos. Mientras estaba en el baño, se miró en el espejo, su mente todavía enredada en los eventos recientes. La posibilidad que se había insinuado entre ellos la noche anterior era demasiado irreal para procesarla de inmediato.

Al salir del baño, bajó las escaleras y escuchó el sonido familiar de la cafetera goteando. Se sintió aliviado de ver que USA ya estaba despierto, ocupado en la cocina. El aroma del café recién hecho llenaba el aire, mezclándose con el sonido de los huevos friéndose en la sartén. USA estaba de espaldas a él, vestido solo con una camiseta holgada que apenas cubría su cuerpo.

—Buenos días —saludó Rusia, su voz ronca por el sueño.

USA se giró, sonriéndole con esa sonrisa que siempre conseguía hacer latir su corazón un poco más rápido.

—Buenos días, dormilon —respondió USA con un tono burlón, pero con dulzura en su mirada.

Rusia caminó hacia él, rodeando la isla de la cocina para colocarse a su lado. Observó en silencio cómo USA vertía el café en dos tazas, uno con leche para él y otro negro para Rusia. Había algo diferente en la forma en que USA se movía, una tranquilidad en su postura que no había notado antes.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Rusia suavemente, tomando una taza de café.

USA tardó un momento en responder, bajando la mirada hacia su estómago de forma instintiva.

—Honestamente, aún no lo sé —admitió USA—. Es... surrealista. Pero estoy bien, creo.

Rusia asintió, sabiendo que esas palabras eran lo más cercano a la vulnerabilidad que USA podía expresar en ese momento. Antes de que pudieran seguir con la conversación, el timbre de la puerta sonó, rompiendo la atmósfera tranquila de la mañana. Ambos intercambiaron una mirada de confusión antes de que USA caminara hacia la entrada para abrir la puerta.

Al abrirla, se encontraron cara a cara con la ONU, quien llevaba un maletín y una expresión de preocupación en su rostro.

—¡Buenos días! —saludó la ONU con su habitual tono jovial, aunque había una pizca de tensión en su voz—. Espero no interrumpir, pero necesito hablar con ustedes dos sobre algunos asuntos urgentes.

USA se apartó para dejar pasar a la ONU, quien entró y se dirigió directamente hacia el salón. Mientras se acomodaba en el sofá, Rusia y USA intercambiaron otra mirada, esta vez más cargada de significado. No podían retrasarlo más.

—ONU, hay algo que necesitamos contarte... —comenzó Rusia, su tono serio.

La ONU levantó la vista de los papeles que estaba organizando en su maletín, notando la gravedad en la voz de Rusia. USA se sentó junto a él, tomando la mano de Rusia en un gesto que la ONU no pasó por alto.

—Es... algo inesperado —continuó USA, tomando una respiración profunda—. Estoy... estoy embarazado.

El silencio cayó en la habitación como una pesada manta. La ONU parpadeó, claramente sorprendido por la noticia. Su mirada se alternaba entre Rusia y USA, buscando algún signo de que esto era una broma, pero no lo encontró. Finalmente, dejó escapar un suspiro largo y cansado.

—Bueno, esto es ciertamente... inesperado —dijo la ONU, pasando una mano por su frente—. ¿Están seguros? ¿Ya han confirmado todo?

USA asintió, apretando la mano de Rusia con más fuerza.

—Sí, ya lo hemos confirmado —respondió USA—. No sabemos cómo ocurrió exactamente, pero... estamos en esto juntos.

La ONU se quedó en silencio, procesando la información. Finalmente, asintió con la cabeza.

—Entonces, tendremos que manejar esto con mucho cuidado. La situación entre ustedes dos siempre ha sido complicada, pero esto... esto cambia todo.

Rusia y USA se miraron, una silenciosa determinación brillando en sus ojos. No sabían cómo enfrentarse a este nuevo desafío, pero sabían que lo harían juntos, pase lo que pase. El mundo pronto sabría la verdad, pero por ahora, en ese pequeño rincón de la casa, solo ellos tres conocían el futuro que se avecinaba.

La ONU, aún tratando de asimilar la noticia, se acomodó mejor en el sofá, mirando a USA con una mezcla de sorpresa y preocupación. Respiró profundamente, consciente de que ahora no solo estaba lidiando con dos de las naciones más poderosas del mundo, sino también con una situación tan delicada como el embarazo en un omega.

—Bien, si esto es real, necesitamos planificarlo con mucho cuidado —comenzó la ONU, su tono ahora más serio y profesional—. Lo primero es asegurarnos de que USA reciba atención médica constante. Esto es crucial. Un embarazo, especialmente en un omega, puede ser más complicado de lo que piensan. Habrá que realizar controles regulares para monitorear la salud del bebé y la tuya, USA. También es importante que te mantengas en un ambiente seguro y libre de estrés. Cualquier alteración emocional o física podría afectar al bebé.

USA asintió, asimilando cada palabra, mientras Rusia lo rodeaba con su brazo, brindándole apoyo silencioso.

—Además —continuó la ONU—, deben comenzar a pensar en las necesidades del bebé una vez que nazca. La lactancia, el cuidado neonatal, la seguridad... Esto no es algo que puedan manejar solos, no con sus responsabilidades. Vamos a necesitar un equipo de expertos para guiar este proceso, tanto durante el embarazo como después del nacimiento. Debemos asegurarnos de que estén preparados para cualquier eventualidad, porque la política mundial no se detendrá por esto.

Rusia frunció el ceño, pero sabía que la ONU tenía razón. Esta situación no solo era personal, también tenía implicaciones globales.

—Otra cosa que deben considerar —dijo la ONU, bajando la voz—, es cómo manejar la información. ¿Cómo lo anunciarán? ¿A quiénes se lo contarán? El mundo reaccionará, y no siempre de manera positiva. Deben estar preparados para la reacción internacional, para las consecuencias políticas. Este bebé, cuando nazca, será mucho más que un hijo; será un símbolo.

El silencio llenó la habitación nuevamente mientras las palabras de la ONU resonaban en el aire. USA apretó la mano de Rusia, y este respondió acariciando su espalda con suavidad.

—Entendemos —dijo Rusia finalmente, su voz firme—. Lo que sea necesario, lo haremos.

La ONU asintió, aliviada de ver que ambos estaban tomando esto en serio. Se levantó del sofá, recogiendo su maletín.

—Voy a coordinar todo lo que necesiten —dijo, volviéndose hacia la puerta—. Pero recuerden, la clave aquí es el cuidado constante y la preparación. No están solos en esto, y aseguraremos que todo salga bien.

Cuando la ONU se fue, cerrando la puerta detrás de sí, Rusia y USA se quedaron en silencio por un momento. Finalmente, USA se volvió hacia Rusia, con los ojos brillantes pero llenos de determinación.

—Vamos a estar bien, ¿verdad? —preguntó USA, su voz temblando un poco.

Rusia lo miró, viendo en esos ojos azules toda la esperanza y el miedo que él mismo sentía. Se inclinó y besó suavemente su frente.

—Sí, vamos a estar bien —respondió, su voz suave pero segura—. Lo haremos juntos en estos meses en los cuales nos quedamos en esta casa.

Y en ese instante, ambos supieron que, aunque el camino por delante sería difícil, lo enfrentarían unidos, por el bien de su futuro y el del bebé que estaba por llegar.

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Otro capitulo completado!!!

tengo una pregunta? quereis que siga con la historia?

porque en verdad, no se si les gusta, ademas de que me cuesta mucho hacer los capitulos, ya que no tengo mucha creatividad.

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