[Purple's POV]
El sol comenzaba a ponerse, y yo estaba preparando una fogata para asar unos buenos malvaviscos. A mi lado estaba Red, sosteniendo delicadamente una mariposa en su dedo. A veces pienso que Red podría ser una princesa de Disney; es asombroso cómo logra llevarse bien con cualquier animal.
Dejé de observar a Red y me enfoqué en encender la fogata. Sin embargo, había un problema..no tenía idea de cómo hacerlo. Justo en ese momento, vi a Green sentarse a mi lado con unas piedras en la mano. Aquí vamos de nuevo, pensé, con una sonrisa.
...
—Mira, querida flor, si quieres encender una fogata, debes usar unas piedras y frotarlas hasta que salte una chispa... como la que hay entre tú y yo —me dijo Green, seguido de un guiño. ¿Me estaba coqueteando y humillando al mismo tiempo? Jaja.
—Pfff, ¿en serio crees que puedes encender la fogata con esas dos piedras? —le pregunté, escéptico. Pero Green solo siguió sonriendo. ¿De verdad sería capaz?
—Aquí viene Green al rescate —me respondió con confianza. Luego lo observé mientras intentaba sacar una chispa de las piedras, aunque no parecía estar logrando mucho.
—¿Lo estás logrando? —le pregunté, cruzándome de brazos, esperando a que se rindiera.
—¿Acaso podrías hacerlo tú, Purple? —me desafió Green. Yo simplemente sonreí en respuesta.
—Tenemos que averiguarlo —le respondí, tomando ambas piedras en mis manos. Las hice flotar, intentando generar una chispa.
Hice flotar las piedras una contra la otra, esperando que surgiera una chispa. Al final, conseguí sacar una pequeña chispa que cayó sobre la madera y la leña, y la llama comenzó a crecer. Lo había logrado.
...
—¡En tu cara! —grité emocionado, dejando las piedras a un lado. Green me observó con orgullo.
—Nada mal para una delicada flor morada. Buen trabajo —me felicitó Green. Me gustaba que estuviera orgulloso de mí.
—Ahora me debes una, Green —le dije con una sonrisa, insinuando que esperaba una recompensa.
—¿Y qué es lo que quieres? —me preguntó, algo confundido. Yo simplemente sonreí.
—No sé exactamente qué quiero, pero sé que en algún momento me deberás un favor —comenté, mientras me levantaba del suelo para echar más leña a la fogata.
—Lo que tú digas, principito —respondió Green, mirándome por un momento antes de desviar la mirada hacia la fogata.
—¡Hola, chicos! Ya traje los malvaviscos y avisé a todos para que se reúnan aquí —dijo Blue mientras dejaba tres bolsas de malvaviscos en el suelo.
—Gracias, Blue. Me acabo de dar cuenta de que Red se fue hace un minuto. Tendrás que llamarlo de nuevo —dijo Green, algo preocupado. Blue solo suspiró y trató de mirar a su alrededor, pero Red ya se había ido.
—Ya me di cuenta —comentó Blue, algo desanimado. Me acerqué a él para hablar con el.
—Muchas gracias, Blue. Espero que no resulte incómodo que Red y Second se enfrenten cara a cara esta noche. Ya está anocheciendo y el sol se está ocultando. Ojalá todo esté bien —dije, cruzándome de brazos mientras miraba el cielo. Al ver el cielo teñido de rojo y naranja, solo podía pensar en dos stickfigures.
