Esclavo de un dios

Instinto

Advertencia: Mención muy breve de abuso sexual o al menos se sobre entiende

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El rey Hades caminaba con aparente calma por los pasillos de su palacio en el Hellheim, la oscuridad de su hogar junto con la vibra misteriosa de los alrededores le dieron la familiaridad que necesitaba después de semanas tan agitadas.

Para los dioses, la humanidad había perdido y debía ser castigada de inmediato por su atrevimiento de levantarse en contra de ellos. Para el alfa todos eran unos idiotas sin orgullo que querían recuperarlo de manera desesperada, sin embargo, al ser idiotas poderosos el rey de Hellheim no tuvo muchas opciones de opinión cuando después de la batalla final se aprovecharon de su debilidad llevándose al emperador con ellos.

Su lobo quería arrancarles la cabeza, despedazarlos vivos, destrozarlos por el daño a su omega, porque Hades tenía en claro que Qin Shi Huang lo había enamorado desde esa primera sonrisa que le dedicó en batalla. Tuvo que ser inteligente, paciente y rebajarse al nivel de esos idiotas para lograr salvar a los participantes del Ragnarok a través de la dichosa subasta que solo era una excusa más para crecer sus egos.

Apenas tuvo a Qin consigo el alfa se apresuró a curarlo, darle la mejor habitación en su palacio, un cambio de prendas, comida, y sirvientes a su disposición. Lamentablemente no había podido verlo al haber estado ocupado acomodando a los humanos en el Edén, buscando mantener a salvo a aquella mujer que tan importante fue para su emperador, junto con al hijo de ésta.

También tuvo que llevar a Alvitr a un lugar seguro dentro del inframundo, junto con Beelzebú decidieron mantener a las hermanas juntas y protegidas pues sabían lo importantes que eran para los humanos que salvaron. Hades sabía que algunos dioses podrían dañarlas en venganza del Ragnarok y lo que hizo la mayor de todas, Brünnhilde, sin importar lo mucho que perdieron las semidiosas también.

Por supuesto también buscó a los dioses encargados de "cuidar" a Qin durante su injusto encarcelamiento y a los que le llevaron a la dichosa subasta, los llevó al Tártaro donde personalmente se ha encargado de sus torturas con la excusa de que le entregaron "mal la mercancía". Era asqueroso referirse así a su maravilloso omega, pero no tenía mayor opción por el momento y al ser Hades quien era ningún otro dios se metió, mucho menos cuando entraron al Hellheim donde él es la máxima autoridad.

Con todo aquello Hades estuvo ocupado durante algunos días durante los cuales lamentablemente no vio a Qin, sabía de él por sus sirvientes, aunque le preocupaba el hecho de que estuviera tranquilo, según la servidumbre el emperador se encontraba físicamente bien, comía a sus horas y se mantenía ocupado en el día, el alfa se preocupó de que Qin se sintiese mal y lo ocultara de todos como parecía ser su costumbre.

Decidido, apenas terminó sus pendientes, se dirigió al cuarto donde estaba el emperador, la habitación solo podía abrirse desde fuera y es que Hades no deseaba poner en peligro al omega ya que por mucho que el dios fuese respetado cualquiera podía intentar lastimarlo. Además, con la historia de su familia tan llena de tragedias estaba decidido a proteger al emperador de todo y si debía encerrarlo para eso, lo haría.

Cuando al fin llegó, abrió la puerta sintiendo mucho nerviosismo por ver a su precioso oponente después de tanto tiempo, un aroma a melocotón le dio la bienvenida a la habitación junto con el emperador vestido con un traje griego para omegas muy lindo y una gran sonrisa emocionada, su lobo ronroneo de inmediato feliz por el recibimiento.

-rey Hades, no esperaba verlo por aquí

-mis disculpas emperador, estuve ocupado estos días y apenas pude venir

- bueno, tome asiento rey -dijo el omega con un ronroneo dulce- un buen rey sabe que el descanso es importante

-se lo agradezco emperador -dijo Hades notando brevemente la tensión en el cuerpo del otro que se relajó casi de inmediato- ¿sucede algo?

-no es nada -cortó el omega sentándose a su lado con una sonrisa y un movimiento que restó importancia a sus palabras

Era raro, Hades notaba algo raro en el ambiente, la situación, la actitud de Qin no era común, demasiado amable, respetuosa, demasiada sumisión en el omega que lo mató después de una dura y dolorosa batalla. Sin embargo, el mismo se sentía atontado con las feromonas de la habitación, con ver al emperador después de tanto tiempo y junto a su lobo desecho el pensamiento creyendo ingenuamente que Qin solo reaccionaba a sus instintos igual que él.

Los omegas cuando pasaban situaciones estresantes suelen dejar a su lobo para hacerse cargo, el emperador lo hizo en la subasta y no sería raro que lo volviera a hacer hasta que supiera que con él estaba a salvo.

Así fue que el rey del Hellheim se relajó con el otro, cuando la comida llegó fue acompañada con un vino que permitió se relajaran aún más y entonces sucedió, las feromonas dulces de Qin le llamaron a acercarse, solo quería abrazarlo, hacerle saber que estaba ahí cuando el omega le beso.

Un beso dulce con sabor a vino.

Los instintos de Hades despertaron entonces y su caballerosidad se fue al carajo junto a su plan de ir lento con el emperador, los besos se convirtieron en caricias, las caricias en besos húmedos, en mordidas pequeñas. Los jadeos, suspiros y gemidos llenaron la habitación mientras el alfa se encargaba de hacerle saber al omega su deseo por él, feliz por ser correspondido con la misma intensidad.

Lamentablemente, nunca notó que las lágrimas de Qin nunca fueron de placer.

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Y aquí es donde inicia todo.

Algún día dejaré de hacer sufrir a Qin, pero hoy no es ese día!!! 😅

Por otra parte quisiera explicar que si Hades hubiera hablado con Qin desde el principio, nuestro emperador no hubiera tenido problemas en entregarse a él e incluso lo hubiera disfrutado.

Pero Hades aquí es un bobo, nunca le explicó nada a Qin, se hizo el malentendido y Qin no pudo disfrutar al cien el acto porque lo vio más como obligación por su pueblo que por desear hacerlo, aunque el alcohol le ayudó mucho a relajarse.

Gracias por leer 💫