Cuando me desperte estaba oscuro. Estaba sobre un suave colchon por lo que deduje que estaba en la enfermería, bueno, por eso y porque mi cabeza dolía como los demonios.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la tenue luz pude comprobar que estaba en la enfermería. Intenté incorporarme pero un pinchazo de dolor me atravesó la pierna y desistí. En la camilla de al lado se encontraba el chico que habíamos rescatado con Clarisse.
No sabía que habia pasado, pero esas extrañas palabras me seguían rondando por la cabeza, aunque tendría que esperar a Rachel para obtener respuestas.
Unos pasos sonaron en la entrada de la enfermería en ese momento, junto a varios murmullos, de los que no entendía mucho más que unas palabras confusas por lo que presté mas atención a lo que decían
-Quirón, tu lo oiste.. eso fue una profecía.. si no murió fue por obra de Hades y los Olímpicos..
-Clarisse.. no podemos cambiarla..
-Quirón, no puedo volver a perderla.. vos mas que nadie lo sabes
-silencio niña, alguien podría estar despierto, hablaremos esto luego..
-psss, espiando conversaciones ajenas? -exclamo divertido el chico que había al lado sobresaltandome-
-Que demonios! ! -me giré a verlo asustada- shhh
-musite para ver si oía algo mas aunque no pude hacerlo- maldicion..
Acababa de perder mi oportunidad, me sentia bastante mal aunque sabía que hablaban de mi.. sin duda mañana tendría una sera charla con ellos, fuese lo que fuese, merecía saberlo..Mire al chico observarme callado y con una sonrisa divertida. Su cabello rubio pajizo y ojos marrones eran bonitos, lo admitía.
-Gracias por la ayuda, hija de Afrodita -me susurro antes de darse la vuelta y dormirse al igual que hice yo a los cinco minutos, muerta de cansancio.
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