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**El Legado del Príncipe Mestizo**
Era una tarde oscura y tormentosa en el castillo de Hogwarts. Las paredes de piedra resonaban con el rugido del viento, y los alumnos se apresuraban por los pasillos, ansiosos por llegar a sus dormitorios. Sin embargo, Harry Potter caminaba en dirección opuesta, descendiendo hacia las mazmorras. Tenía una misión.
Desde la muerte de Dumbledore, Harry había sentido una mezcla de rabia y confusión hacia Severus Snape. El hombre que había jurado protegerle, quien había matado al mentor de Harry, seguía siendo un enigma. Ahora, armado con solo unas pocas pistas y una decisión firme, Harry se dirigía a la oficina de Snape, ahora vacía, con la esperanza de obtener respuestas.
Al llegar a la puerta de la oficina, empujó suavemente, y la pesada puerta de roble se abrió con un chirrido. El interior de la oficina estaba igual que siempre: oscuro, con estanterías llenas de libros de pociones y frascos que contenían ingredientes de todo tipo. Pero lo que atrajo la atención de Harry fue un pequeño escritorio en el rincón, sobre el cual descansaba un libro familiar: "El libro del Príncipe Mestizo".
Harry se acercó con cautela, recordando las veces que ese libro le había ayudado y, al mismo tiempo, le había puesto en peligro. No pudo evitar sentir una punzada de nostalgia, pero también de resentimiento. ¿Cómo podía una persona tan inteligente y capaz haber caído en la oscuridad? Abrió el libro con cuidado, pasando sus páginas llenas de anotaciones hasta que encontró una que nunca había visto antes.
"Para Harry. Cuando llegue el momento."
La escritura era inconfundible. Snape había dejado este mensaje para él. Con manos temblorosas, Harry siguió las instrucciones que acompañaban la nota, que le guiaban a un lugar oculto en el mismo libro. Sacó la varita y pronunció un encantamiento que Snape había anotado.
Un suave resplandor surgió del libro, y de entre sus páginas apareció una pequeña llave. Sin dudarlo, Harry la tomó y salió de la oficina, dirigiéndose hacia la cámara de los recuerdos, donde sabía que encontraría la respuesta.
Al llegar al pensadero, Harry colocó la llave en una cerradura oculta que había sido revelada por el hechizo de Snape. La cámara secreta se abrió, revelando un frasco que contenía un único recuerdo. Harry vertió el contenido en el pensadero y sumergió su rostro en la superficie plateada.
Se encontró en un paisaje conocido: la antigua casa de los Evans. Lily Potter, su madre, estaba sentada en un jardín, sonriendo al joven Severus Snape, que se acercaba tímidamente. Harry observó cómo los dos niños jugaban, compartían secretos y se protegían mutuamente de las injusticias del mundo. A medida que el recuerdo avanzaba, vio cómo la relación de Snape con su madre se volvía más complicada, cómo su atracción por las artes oscuras empezó a surgir, y cómo el miedo y la inseguridad lo llevaban a cometer errores fatales.
Finalmente, Harry presenció un encuentro secreto entre Snape y Dumbledore. Snape, lleno de arrepentimiento, le suplicaba a Dumbledore que protegiera a Lily. Harry sintió una oleada de emoción cuando comprendió que, en el fondo, Snape había sido motivado por su amor por Lily, no por el odio hacia James ni por lealtad a Voldemort.
El recuerdo terminó con una última conversación entre Snape y Dumbledore, en la que este último le encomendaba a Snape la tarea más difícil de todas: proteger a Harry, incluso si eso significaba que Harry lo odiara.
Harry salió del pensadero, aturdido. Todo lo que había pensado sobre Snape, todo el odio y la desconfianza, se desmoronó en un instante. Snape no era el villano que había imaginado, sino un hombre trágico, atrapado entre el amor y el deber, la oscuridad y la redención.
Con el corazón pesado, Harry se dio cuenta de que debía honrar el sacrificio de Snape. El hombre que había vivido una vida de sombras y secretos había sido, en última instancia, uno de los héroes más valientes que Harry jamás conocería.
Cuando Harry dejó las mazmorras esa noche, ya no veía a Snape como su enemigo. En cambio, lo veía como un guardián, un protector que, en silencio y sin esperar reconocimiento, había hecho todo lo posible para cumplir su promesa, incluso a costa de su vida. El Príncipe Mestizo no solo era un nombre en un libro viejo, sino un legado de valentía y sacrificio que Harry llevaría consigo para siempre.
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El legado del principe mestizo.
FantasyEsta historia explora la compleja relación entre Harry Potter y Severus Snape, ofreciendo un nuevo vistazo a los sacrificios y motivaciones que guiaron a Snape a lo largo de la serie. -𝘕𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘫𝘢𝘴/𝘴𝘩𝘪𝘱𝘴. -1998, 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘶𝘦́𝘴 𝘥𝘦 𝘭�...