Capítulo 3

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Robert Lewandowski, un Alfa conocido por su fuerza y determinación, siempre había tenido en mente que si Gavi alguna vez era elegido, no lo dejaría solo.

La razón simple eran destinados, una conexión rara y profunda que unía sus almas de una manera que pocos podían entender en estos tiempos. Aunque Gavi parecía no saberlo, o tal vez prefería fingir no saber, Robert no lo culpaba. Tener un vínculo de destinados antes de cumplir la mayoría de edad era complicado, especialmente cuando el miedo de ser elegido para los Juegos del Hambre siempre estaba presente.

Cuando Hanna Dunham comenzó a pronunciar el nombre del Alfa escogido, Robert no dudó. Interrumpió con una voz firme desde el fondo de la fila de los Alfas mayores.

-Yo me ofrezco como tributo.

La multitud se quedó en silencio, sorprendida por el sacrificio de Robert. Subió al podio con pasos decididos, su mirada fija en Gavi, quien aún estaba en estado de shock por lo que acababa de suceder.

-¿Cómo te llamas?- Preguntó Hanna, tratando de mantener la compostura.

-Robert Lewandowski.- Respondió con firmeza.

Hanna sonrió, aunque su sorpresa era evidente.

-Un aplauso para nuestro valiente voluntario, Robert Lewandowski.

La multitud no aplaudió, sino que levantó la mano con los tres dedos en señal de respeto y solidaridad.





Gavi fue llevado a una pequeña sala donde su madre y Pedri ya lo esperaban. Pedri corrió hacia él, abrazándolo con fuerza.

-No quiero que te vayas.- Dijo entre sollozos.

-Lo sé, Pepi, pero estaré bien.- Gavi trató de sonar convincente, aunque sabía que las probabilidades estaban en su contra.

Su madre lo abrazó también, sus ojos llenos de lágrimas.

-Eres tan valiente, mi niño.- Dijo, tratando de contener el llanto.

Pedri sacó el broche de sinsajo que le había dado Gavi y se lo devolvió.

-Quiero que lo tengas tú, Gavi. Te protegerá.- Dijo, colocando el broche en la mano de su hermano.

En otra sala, Robert se despidió de su familia. Su madre lo abrazó con fuerza, sus lágrimas mojando su camisa.

-Siempre supe que eras especial, Robert.- Dijo, su voz quebrada por la emoción.

Su padre, un hombre de pocas palabras, le dio una palmada en el hombro.

-Haz lo que tengas que hacer, hijo.- Dijo con firmeza.

Robert asintió, sabiendo que su misión era clara, el distrito 12 será el vencedor de este año, cueste lo que cueste.








Gavi se levantó de la cama del tren, tratando de sacudirse los pensamientos que lo atormentaban. Sabía que no era el momento de cuestionar las decisiones de Robert, pero no podía evitarlo. Mientras se dirigía al vagón comedor, se repetía a sí mismo que debía concentrarse en lo que estaba por venir.

Al entrar, encontró a Hanna Dunham, la siempre optimista y extravagante representante del Capitolio, ya sentada a la mesa. A su lado, Hansi Flick, el único vencedor del Distrito 12, estaba medio dormido, con una botella de licor en la mano.

-¡Buenos días, Gavi!- Exclamó Hanna con una sonrisa radiante.

-Espero que hayas dormido bien. Hoy tenemos un día muy emocionante por delante.

Gavi asintió, tomando asiento frente a ella. Robert llegó poco después, su expresión seria y concentrada. Se sentó junto a Gavi, quien evitó mirarlo directamente.

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⏰ Última actualización: Aug 10 ⏰

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