Rarezas

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-Bueno, alumnas, espero que hayan traído sus proyectos terminados para presentarlo el día de hoy, serán evaluados y conformarán una gran parte de la nota final para este año. Espero ver el reflejo de su esfuerzo y dedicación.

Volteé a ver a Amara, su trabajo parecía impecable, no pude evitar compararlo con el mío. Me sentí humillada, no se compara con la humillación que sentí desde que ella llegó. Me siento cansada, insuficiente, inútil, ¿qué la hace a ella tan especial?

¿Qué me hace a mí ser tan inservible?

-Bueno parce que nos ganó un poco el tiempo, así que vayan preparándose para su exposición luego del recreo.

Todos siempre salían en el recreo, parece que no soportaban quedarse en el aula ni un minuto más, incluso ella.

Me quedaba sola estudiando el libro de texto o haciendo las actividades para acabar antes. Jamás pensé que ese día algo invadiría mi mente...

Solo diré que su proyecto estaba en la mesa, se podría caer, era frágil. Pensé en ese proyecto mientras lo veía. No sé cuando lo tomé, ni cuándo salí del salón con él escondido, o cómo llegue al baño y entré a un cubículo. Ni tampoco porqué planeaba tirarlo por el inodoro. Porque sí, el proyecto era lo suficientemente frágil para romperse, lo suficientemente pequeño para esconderlo y sobre todo lo suficientemente insignificante para desaparecer al bajar la cadena.

Justo cuando estoy a punto de tirar aquel trabajo, siento vértigo... tanto que era tan intenso. Antes de que todo se pusiera en blanco me pregunté

-¿Así se siente la culpa?...

Bucle de envidiaWhere stories live. Discover now